14 de marzo de 2016

V Ciclo de Conferencias de Jóvenes Historiadores/as



Tras una larga ausencia en este rincón, hoy os traigo una entrada breve para informaros sobre una actividad cultural que tendrá lugar en los meses de marzo, abril y mayo en Cádiz. Y es que por quinto año consecutivo, desde la Asociación Cultural y Universitaria Ubi Sunt? y con la colaboración de la Delegación de Juventud del Ayuntamiento de Cádiz, se celebra el V Ciclo de Conferencias de Jóvenes Historiadores/as en el que se dan voz a los jóvenes que se inician en la investigación histórica para que nos presenten sus proyectos. El programa podéis encontrarlo a continuación y como veréis es amplio y variado; la inscripción es gratuita y podréis hacerlo en el siguiente enlace.



27 de diciembre de 2015

Carlos V, el César y el hombre



Hace ya bastantes días que terminé mi lectura de Carlos V, el césar y el hombre por Manuel Fernández Álvarez, pero por un motivo u otro no he encontrado el momento ni la predisposición para hacer una pequeña reseña de una obra que yo considero de obligada lectura para el conocimiento de la figura de Carlos V.

Carlos V, el césar y el hombre siempre ha sido para mí uno de esos libros "eternamente pendiente" de lectura, y no ha sido hasta precisamente la emisión de Carlos, Rey Emperador (cuya opinión podéis leer pinchando aquí) por parte de Televisión Española cuando me he animado a hacerlo. Cuesta ser parcial ante la obra de uno de los historiadores más admirados por todos los modernistas, pues sí, también los historiadores tenemos a nuestros referentes y Manuel Fernández Álvarez lo es para mí como lo es para muchos otros historiadores de la Edad Moderna española (junto a Geoffrey Parker); no obstante, trataré de hacer un acercamiento a esta obra lo más objetivamente posible. He de añadir, además, que no es el primer trabajo de Fernández Álvarez que leo, ya que en su día hice una lectura de las biografías de Isabel la Católica, Felipe II ,y Juana la loca y pese a que no todas me gustaron de la misma manera, sí que admiré el trabajo del autor.

Esta extensa biografía es, en mi opinión, el mejor acercamiento a la figura de Carlos V. En primer lugar, por el extenso trabajo documental llevado a cabo por Fernández Álvarez durante tantísimos años de carrera. Este hecho no es una sorpresa para mí, ya que en las biografías anteriormente mencionadas también se observa esta labor documental; no obstante en esta biografía dicha labor parece haber sido aún mayor si nos atenemos a lo que el mismo autor indica en la introducción de la misma. En ella, Fernández Álvarez no solo hace referencia a su conexión profesional -y si se quiere también personal- con la figura del César, sino también a todo el esfuerzo realizado para estar al día de los estudios publicados sobre dicha figura, tanto a nivel nacional como internacional. Cita, por ejemplo, algunos estudios considerados "básicos", crónicas y relaciones de la época, biografías publicadas en español y en otros idiomas, estudios monográficos, etc. Fernández Álvarez deja claro, por tanto, que presenta al lector todo el trabajo de su vida y al leer la obra no queda duda de ello. 

En segundo lugar, Carlos V, el césar y el hombre, pese a su extensión, se presenta como una biografía increíblemente amena de leer y ello se debe a la pluma de Fernández Álvarez. Ya he mencionado en más de una ocasión que su forma de escribir es muy personal, cercana al lector, alejada del lenguaje académico profundamente encorsetado que en ocasiones apreciamos en este tipo de trabajos. Obviamente esta forma de escribir no gusta a todo el mundo, pero sí que es una manera de atraer a los lectores más neófitos, es decir, a aquellos lectores que no están acostumbrados a leer libros de historia, pero que se sienten atraídos por este personaje en particular y quieren saber más. De esta manera, la biografía se presenta como una obra que pueden disfrutar tanto los lectores acostumbrados a leer Historia como los que no. Es una biografía que permite disfrutar a un alto número de lectores sobre la vida de uno de los personajes más fascinantes del siglo XVI.

En último lugar, junto a lo ameno de la lectura, la biografía se me presenta altamente pedagógica. Está estructurada para que el lector disfrute, pero también para que conozca aún más la figura del Emperador y, en cierta manera, su contexto. Que conozca al rey, sí, pero también al hombre. Está dividida en seis grandes partes; en la primera trata en cinco capítulos los primeros años de vida del Emperador, su educación en Flandes bajo la supervisión de su tía Margarita, la llegada a España, los problemas para hacerse querer entre los castellanos y los aragoneses, las comunidades de Castilla y su nombramiento como Emperador. La segunda parte trata en cuatro capítulos lo que Fernández Álvarez llama "proyecto imperial" en relación a ideas, hombres y recursos. En la tercera parte trata en seis capítulos la hispanización de Carlos tras su regreso de Flandes, las primeras guerras contra Francia y la boda con Isabel de Portugal. En la cuarta parte trata en nueve capítulos su deseo de convertirse en cruzado mediante guerras contra el Islam, en Viena, en Túnez y la creación de la Santa Liga. En la quinta parte trata los problemas con sus dominios en el norte de Europa y su posterior abdicación. En la última parte, trata de su retirada a Yuste y su muerte. Una biografía con un claro orden cronológico, pero en el que se van repitiendo ideas para que el lector no pierda el norte en una u otra situación, y en el que se van haciendo hincapié también en la ideología política el Emperador.

Y aunque hasta ahora todo han sido alabanzas hacia una obra que considero esencial, si he de hacer alguna mención a las pegas que pongo a esta biografía sería, sin duda alguna, la excesiva admiración que el historiador madrileño exhibe hacia la figura de Carlos V. Nada que reprocharle, al fin y al cabo es imposible no "querer" a un personaje al que ha dedicado gran parte de su vida profesional, pero que sí que puede poner bajo cuestionamiento alguna de sus reflexiones. Es similiar a lo que le ocurre con Fernando el Católico, por el que profesa una evidente antipatía tanto en la biografía de Isabel la Católica como en la de Juana la Loca. Asimismo, en lo que se refiere principalmente a la narración, sí que se me hizo algo pesada la repetición de ideas y algunos hechos, necesarios para un lector poco acostumbrado a leer biografías, pero algo cansinas para los que tenemos algo de experiencia.

A modo de conclusión, insitir en el hecho de que Carlos V, el césar y el hombre me ha parecido una obra esencial para conocer a la figura del Emperador. Documentación excelente, narración amena e indudablemente pedagógica.


19 de diciembre de 2015

Ubi Sunt? 26: Teratología


Hace ya bastante tiempo, corría aproximadamente el año 2010, cuando me lancé a la aventura de coordinar el número 26 de la revista de historia Ubi Sunt? que publica la Asociación Cultural y Universitaria del mismo nombre. Estaba en la primera fase de mi tesis doctoral, y casi ni en la primera fase, ya que estaba cursando el Máster de Estudios Hispánicos que daría pie posteriormente a iniciar el doctorado. El caso es que fue una experiencia muy gratificante, que dio como resultado un dossier bastante interesante, en el que podemos encontrar artículos cuyo estudio central son los monstruos, pero de cronología y enfoques diferentes. Asimismo, junto con el trabajo de investigadores ya consagrados como Elena del Río Parra, Arturo Morgado García y Francisco Vázquez, se encuentran trabajos de investigadores noveles, jóvenes que se estaban iniciando en el mundo de la investigación, como Israel Santamaría Canales, Enrique Ruiz o yo misma.

Hoy podéis encontrar dicha revista totalmente digitalizada en la página web de la Asociación: https://revistaubisunt.wordpress.com/revistas/numeros-2011-2015/ubi-sunt-26-teratologia/ por lo que os invito a pasaros por si tenéis interés en el tema. A continuación os dejo el índice del dossier:


DOSSIER: Teratología

Introducción,

por ELENA DEL RÍO PARRA

pp.11-14


Los monstruos en la Antigua Roma: Neonatos e infantes malformados en la urbs por antonomasia del mundo antiguo,

por ISRAEL SANTAMARÍA CANALES

pp.15-23


El Dragón Medieval: La herencia de los mitos de lucha contra serpientes,

por ENRIQUE JOSÉ RUIZ PILARES

pp.24-32


Yōkai en el teatro tradicional japonés: Yamamba y Tsuchigumo como casos paradigmáticos,

por FERNANDO CID LUCAS

pp.33-39


Los monstruos en el Nuevo Mundo,

por Mª ALEJANDRA FLORES DE LA FLOR

pp.40-48


¿Por qué en la Edad Moderna no podía haber transexuales? Cuatro casos de transmutación sexual en España (siglos XVI-XX),

por FRANCISCO VÁZQUEZ GARCÍA

pp.49-58


Animales reales y animales monstruosos en la “cosmographia universalis” de Sebastian Munster,

por ARTURO MORGADO GARCÍA

pp.59-66


Monstruos y prodigios de la era atómica: Una aproximación a la percepción de la radiación a través de la cultura popular estadounidense (1945-1970),

por JOSÉ JOAQUÍN RODRÍGUEZ MORENO

pp.67-77


3 de diciembre de 2015

Monstruos y monstruosidades. Del imaginario fantástico medieval a los X-Men



Suele ser una satisfacción ver en papel un trabajo al que tanto esfuerzo has dedicado; en mi caso tengo el orgullo de haber participado en esta obra colectiva que hoy os traigo. Se trata de un monográfico titulado Monstruos y monstruosidades. Del imaginario fantástico medieval a los X-Men que publica la editorial Sans Soileil y que gira en torno al estudio del monstruo. A continuación os dejo la sinopsis:

Desde los cinocéfalos que moraban en los confines del mundo conocido hasta los fantasiosos superhéroes radioactivos que habitan más allá de la ficción, los monstruos han acompañado al ser humano desde los orígenes del tiempo y han dado forma a un imaginario que ha ido evolucionando al ritmo que marcaba la mentalidad de cada época. Por ello, los pintorescos blemias, los esciápodos o las temibles criaturas del mar que plagaban los libros de viajes y enciclopedias medievales fueron desplazándose según avanzaban los conocimientos geográficos hasta ceder su lugar a monstruos más cotidianos, como los gigantes, enanos o bicéfalos que animaban las cortes europeas. Posteriormente, y gracias al impulso de la ciencia y la antropología decimonónicas, el criminal, el enfermo y el “salvaje” ocuparon el terreno de lo monstruoso, dando lugar a los zoológicos humanos y freaks shows que proliferaron por todo el mundo “civilizado”. Y es que, los monstruos, sea cual fuere su época y condición, siempre han sido el centro de todas las miradas.

Buscando precisamente esta visualidad como hilo conductor, Marta Piñol Lloret ha seleccionado diez artículos escritos por destacados investigadores en la materia a nivel internacional, que tratan de acercarse a la figura del monstruo a través de la percepción que hemos tenido de él a lo largo de la historia. Las ópticas dispares que confluyen en este estudio ofrecen una completa visión de conjunto que no sólo aclara qué y cómo es aquello que denominamos monstruoso, sino que, por oposición a la diferencia, nos habla también de lo que somos nosotros mismos y, muy especialmente, nos enfrenta a nuestros miedos.

Y aquí tenéis el índice:

Presentación

    Ser para ser vistos. La dimensión visual de los monstruos, Marta Piñol Lloret

Estudios

Las razas monstruosas como fenómeno fronterizo en la tradición literaria y visual medieval occidental: la leyenda de los cinocéfalos, José Julio García Arranz

La representación gráfica de los monstruos y seres fabulosos en el Nuevo Mundo (Siglos XVI-XVIII), Alfredo Bueno Jiménez

Enciclopedias de monstruos y prodigios: una aproximación al libro de viajes de John Mandeville como catálogo de las maravillas del mundo a fines de la Edad Media, Pablo Castro  Hernández

Mare Monstrum. La impenetrabilidad del mar y los arquetipos de los monstruos marinos, Alberto Baldi

La exhibición de “seres deformes” (monstruos) en España durante la Edad Moderna, Mª Alejandra Flores de la Flor

El eje taxonómico de la fatalidad: entre las series de monstruos y los monstruos en serie, Elena del Río Parra

Engendros humanos: la importancia del retrato científico del siglo XIX en la configuración iconográfica del monstruo moderno, Ricardo Guixà Frutos

El efecto monstruoso: el axolote como analogía identitaria del mexicano del siglo XX, Cecilia Eudave

Las monstruosidades del collage: hacia una teratología del arte del siglo XX, Renato Bermúdez
Hijos del átomo: la mutación como génesis del monstruo contemporáneo. El caso de Hulk y los X-Men en Marvel Comics (1961-1964), José Joaquín Rodríguez Moreno


Para mí ha sido un verdadero lujo que mi trabajo se encuentre entre los de otros investigadores cuyos trabajos han sido fundamentales para mi tesis, como Elena del Río Parra o José Julio García Arranz.

Si alguien está interesado en este monográfico puede adquirirlo en la página de la editorial: http://www.sanssoleil.es/tienda/monstruos-y-monstruosidades-del-imaginario-fantastico-medieval-a-los-x-men/

30 de noviembre de 2015

Las mujeres del Emperador II (Isabel de Portugal)

La emperatriz Isabel de Portugal, Tiziano (1548). Museo Nacional del Prado (Madrid)


Hace algunas semanas decidí inciar una serie de entradas dedicadas a las mujeres del Emperador, esto es, Carlos V, a raíz de la importancia que el historiador Manuel Fernández Álvares daba al sector femenino de Carlos. Hablé en primer lugar de Margarita de Austria, la tía del Emperador y su mejor aliada en el gobierno de los Países Bajos. En esta entrada os traigo otra mujer, no menos importante que Margarita y una aliada quizás mayor por el vínculo amoroso que le unía: Isabel de Portugal, su amada esposa, su confidente y su amiga, su regente, su Emperatriz.

La importancia que el historiador madrileño da la Emperatriz queda clara en su biografía sobre Carlos y es especialmente relevante en este párrafo: "De igual modo, como Margarita en los Países Bajos, también Isabel de Portugal supo cumplir con su misión de alter ego del Emperador, gobernando con prudencia Castilla durante las largas ausencias de Carlos V...." Y, es más, el historiador cita al Emperador, quien recordaría la "loable gobernación" de su amada esposa:

"... la experiencia que tenemos de su buena y loable gobernación y administración en la dicha ausencia pasada que hicimos destos Reinos..." (Carlos V a sus vasallos de Castilla, 1 de marzo de 1535)

Isabel nació en Lisboa el 25 de octubre de 1503, hija de Manuel I de Portugal y de doña María de Castilla; nieta, por tanto, de los Reyes Católicos al igual que su futuro marido. Fue una mujer altamente cultivada, propio de su posición, dado que recibió una esmerada educación de marcado carácter humanista. Sabía latín, castellano, inglés y francés; asimismo no se descuidó su formación artística y musical. De parte de madre, además, adquirió una profunda religiosidad y, como dato curioso, debido a su belleza física, trabajó mucho por mantenerla a través de la práctica de ejercicios físicos que la convirtieron en toda una amazona. 

Tras la muerte de su madre en 1517, su vida cambió bruscamente. Su padre le encargó entonces que se ocupara de sus hermanos; sin embargo, tras las nupcias de este con Leonor de Austria -hermana de Carlos V- pasó a segundo plano, aunque sabemos que ambas tuvieron una relación cordial. Su padre fallecería poco después de contraer matrimonio, en 1521, y ya por entonces se llevaba bastante tiempo trabajando por el futuro matrimonio de la princesa y su hermano, el futuro Juan III, con algunos de los hijos de Juana "la loca". Las negociaciones para las nupcias de Isabel con el Emperador no fueron fáciles, todo lo contrario, pues duraron ocho años. Las razones de ello debemos buscarlas en las propias reticencias del Emperador, siempre ocupado con sus asuntos europeos, y con el compromiso que había aquirido con Enrique VIII, rey de Inglaterra, de casarse con su hija María Tudor cuando esta alcanzara la edad apropiada. Finalmente, dado el peso de la dote de la princesa portugesa, en 1522, Carlos mandaría al arzobispo de Toledo, Juan Tavera, para que concretara los enlaces de Juan III con su hermana Catalina de Austria, así como su propia boda con Isabel. El contrato matrimonial fue firmado el 17 de octubre de 1525 y la boda se celebró en Sevilla el 11 de marzo de 1526.


Bajorrelieve de Jian Mone, en el castillo de Gaesbeck, en el que aparece el Emperador abrazando a la Emperatriz



Fue un matrimonio peculiar, y recalco lo de peculiar porque como bien dice Manuel Fernández Álvarez: "un matrimonio que se había efectuado bajo el signo de los intereses políticos (asegurar la frontera occidental de Castilla) y económicos (Isabel aportaba una dote inmensa para la época, 900.000 ducados), pronto se convirtió en un matrimonio de amor, que asombró a los contemporáneos". Es por ello que, quizás, se convirtió en la mejor candidata para ser regente de los reinos españoles cuando el Emperador se veía obligado a cumplir con sus responsabilidades europeas, que no eran pocas. La Emperatriz asumía sus funciones con gran habilidad y no en pocas ocasiones tomaba la iniciativa, aunque sufría amargamente las ausencias de su esposo. No obstante, este depositó en ella toda su confianza, como tal demuestra un documento firmado en 1529 en el que la nombraba "lugarteniente general, gobernadora y administradora", aunque dejando, eso sí, algunas Instrucciones:

"La orden que yo deseo que la Emperatriz y Reina, mi muy cara e muy amada mujer, mande que se guarde y tenga durante mi absencia en la gobernación destos Reinos es la siguiente..." (Instrucciones de Carlos V a la Emperatriz...1529)

La Emperatriz asumió la regencia en varias ocasiones. Ya hemos citado la fecha de 1529, cuando el Emperador macha a Italia para ser coronado por el papa como Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico e iniciar su tour europeo que le llevaría a enfrentarse a los Turcos en Viena. También en 1534 cuando marcha a la guerra contra Barbarroja en lo que Fernández Álvarez califica como su primera "cruzada". En 1538 cuando marcha a negociar la paz con Francia... No osbtante, Carlos perdería a su mejor aliada muy pronto, concretamente en 1539 y debido a un aborto. Lo cierto es que la salud de la Emperatriz nunca había sido muy buena, a lo que tampoco ayudaba su continuo estado de gestación. También le afectaba las ausencias del emperador ya que suponía un exceso de carga política pese a contar con un número de consejeros. Todo ello le llevó a su inevitable final el 1 de mayo de 1539. La muerte de la Emperatriz dejó a Carlos profundamente desolado: "Para Carlos V, se había ido algo mucho más que la esposa amante, la madre de sus hijos y la guardiana del hogar familiar. Se había ido también la eficaz colaboradora en las tareas de Estado, su alter ego, la que había gobernado Castilla en sus largas ausencias, la que había demostrado dotes de gobierno, haciéndose querer de sus súbditos españoles, al desempeñar con prudencia y dignidad el papel de lugarteniente imperial..." El mismo Emperador reconocería su tristeza:

"Fue esta muerte de gran sentimiento para todos, principalmente para el Emperador..." (Memorias de Carlos V)

Fuentes:

 Fernández Álvarez, Manuel: Carlos V, el César y el hombre, Barcelona, ed. Espasa, 2105 (primera edición ¿2011?). 

Recurso web: http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=isabel-de-portugal-reina-de-espanna-y-emperatriz-de-alemania [Consultado, 30 de noviembre de 2015]




4 de noviembre de 2015

Las mujeres del Emperador I (Margarita de Austria)


Retrato de Margarita de Austria, Bernard van Orley. 

Estas semanas (y las que me quedan), a raíz del visionado de la serie Carlos. Rey Emperador, he estado leyendo la biografía que del César escribió un historiador a quien yo admiro profundamente, Manuel Fernández Álvarez (referencia completa al final). En ella hay muchos elementos que podría destacar, pero justamente ayer leí un epígrafe que me llamó especialmente la atención y de ahí que haya querido dedicarle varias entradas en mi blog. Este epígrafe trata del enorme equipo imperial de Carlos V, los sujetos que contribuyeron a mantener la maquinaria imperial (maquinaria inmensa y compleja, si me permiten la puntualización). Y en él, el historiador explica lo siguiente: "Este capítulo, dedicado a los hombres de Estado del Quinientos, suele titularse: 'Los hombres de tal o cual soberano'. Mas eso sería impropio tratándose de Carlos V..." ¿Por qué impropio? Él mismo nos lo responde: "dado que con Carlos V la mujer tiene un destacado papel a los más altos niveles políticos". Algo que, tal y como Fernández Álvarez puntualiza, desaparecería con su hijo Felipe II, más dado a confiar en secretarios y validos.

Manuel Fernández Álvarez habla, por tanto, del "sector femenino" y en su opinión lo componían tres mujeres: Margarita de Saboya (o de Austria), tía del César, la emperatriz Isabel, su esposa, y María de Hungría. En esta entrada, por tanto, y empezando por la más mayor, voy a tratar de la "madame bonne tante", tal y como la llamaba el Emperador.


Grabado del retrato de Margarita de Austria por Emanuel van Meteren 


Margarita de Austria nació el 10 de enero de 1480, fue hija del emperador Maximiliano I y de la duquesa María de Borgoña, y hermana, por tanto, de Felipe conocido como El Hermoso. Fue pronto "víctima" de las alianzas matrimoniales practicadas por los principales dirigentes europeos de la época. En un primer momento se pensó que Margarita podría llegar a ser reina de Francia, al acordar su padre el matrimonio con el rey de Francia Carlos VIII a cambio de abandonar sus pretensiones de boda con Ana de Bretaña; pero al final el rey decidió ignorar el acuerdo y optó por casarse él mismo con Ana de Bretaña. Margarita, tras haber pasado 10 años en la corte parisina, pasó a ser la gran desdeñada; aunque no duró mucho su disgusto, porque ya en 1494 (un año después del desplante) su padre inició conversaciones con los Reyes Católicos para proyectar una doble alianza: la de la propia Margarita con el príncipe Juan (heredero de la monarquía católica) y la de Felipe (Su hermano) con la princesa Juana. Algo más de suerte tuvo Margarita en esta nueva alianza, aunque no mucho más, pues el príncipe Juan, ávido de amor, moriría al poco de casados (apenas unos cinco meses después, pues la boda había tenido lugar en abril), el 4 de octubre de 1497. Margarita, que por entonces contaba con 17 años, se convertía en una joven viuda desconsolada (desventurada, como muchos la apodarían) y, para más inri, en estado de avanzada gravidez. Pero ni eso le sirvió de consuelo, pues el embarazo no llegó a buen puerto y la criatura (una niña, según las crónicas) no llegaría sobrevivir. Margarita volvería a casarse en 1501, no ya para ser reina, sino para ser duquesa (duquesa de Saboya para ser más precisos, que era el título que llevaba su marido Filiberto II). Pero el matrimonio no le duraría mucho, ya que volvería a ser viuda en 1504. Y sin hijos que le sirvieran de consuelo.

Quizás fuera esa falta de descendencia lo que hizo que aceptara de buen grado la labor que le encomendó su padre allá por el año 1507, esto es, la de cuidar los hijos que Juana y Felipe habían dejado en Flandes tras marchar a Castilla. Nos referimos a Leonor, Carlos, Isabel y María, quienes por aquella fecha se encontraban ya huérfanos de padre. Al morir Felipe, el gobierno de los Países Bajos había pasado a su heredero, Carlos, quien por entonces apenas contaba con siete años, por lo que se necesitaba a alguien que actuara de regente, y así lo hizo Margarita. Su gobierno se caracterizó por la prudencia y por una política exterior claramente anglófila y recelosa de Francia. En 1515, por obra del ambicioso Guillaume de Croy, señor de Chiévres, Margarita fue apartada del gobierno de Flandes al adelantarse la mayoría de edad del joven Conde de Flandes (título que por entonces llevaba Carlos), aunque nunca fue apartada del todo. Su sobrino siempre insistió en que se mantuviera informada a su madame bonne tante. En 1521, tras la muerte de Chiévres, Carlos V (ya emperador) tendría la necesidad de que alguien gobernase los Países Bajos en su ausencia, alguien absolutamente fiel, que fuera bien visto por aquellos súbditos y con experiencia y talento. Nadie mejor que su tía.


Margarita de Austria, retrato atribuido a Pieter van Coninxloo


Se incia así la segunda fase del gobierno de Margarita en los Países Bajos. De hecho el emperador no visitaría sus dominios en una década (justo el periodo de gobierno de su tía), dado que no sentía la necesidad de visitarlos pues sabía que estaban en buenas manos. Esta, además, ayudaría a su sobrino en la política internacional y alabada es su intervención con la reina madre de Francia, Luisa de Saboya, con la que acabaría concertando aquella paz de 1529, la Paz de Cambrai , que pasaría a llamarse "la paz de las Damas". Según Fernández Álvarez: "Y eso es digno de ser recordado: en pleno reinado de Carlos V, la paz más importante acaso de su reinado logrado por esta insigne colaboradora suya, dando fe de la importancia que tenía el entorno femenino en la política internacional del Emperador". 

Pocos meses más tarde, en 1530, Margarita fallecería en su residencia de Malinas, causando un profundo pesar en el ánimo del emperador, que perdía a su eficaz colaboradora. La regencia pasaría a manos de María de Hungría, su hermana, tal y como tendremos oportunidad de ver en otra entrada. 


BIBLIOGRAFÍA:

Fernández Álvarez, Manuel: Carlos V, el César y el hombre, Barcelona, ed. Espasa, 2105 (primera edición ¿2011?). pp. 239-241

Recurso web: http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=margarita-de-austria-duquesa-de-saboya [Consultado, 4 de noviembre de 2015]. 

28 de octubre de 2015

XVI Congreso Multidisciplinar "Cine e Historia"




Un año más la Asociación Universitaria Ubi Sunt? vuelve a convocarnos a todos en un congreso multidisciplinar que sigue la línea del anterior, pues tiene como tema el cine y la Historia. Tendrá lugar en la Sala Bolívar (Edificio Constitución de 1812), los días 17, 18 y 19 de noviembre en horario de tarde. A continuación os dejo el programa con las principales ponencias, que también pueden consultarse en la web de la asociación: https://revistaubisunt.wordpress.com/ Las inscripciones pueden realizarse a través del CELAMA pinchando aquí: https://celama.uca.es/2015_16cc/congresos/cine_historia Las plazas son limitadas y aunque el congreso no se celebrará hasta mediados de noviembre, las reservas se realizan por estricto orden de inscripción. ¡No os lo podéis perder!



24 de octubre de 2015

Ruta "Cádiz y la Guerra Civil"




El 18 de julio de 1936 dio comienzo uno de los episodios más sangrientos y, si me lo permiten, más penosos de la Historia de España: la Guerra Civil Española. Un conflicto bélico que enfrentó a españoles contra españoles y que dio como resultado una terrible dictadura militar que duró cuarenta años y que se caracterizó - hasta prácticamente sus últimos años- por una fuerte represión que se tradujo en miles de muertos y desaparecidos.

Fue a partir de ese mismo 18 de julio cuando las ciudades españolas fueron cayendo -algunas más rápidas que otras- ante la fuerza del ejército sublevado llegado de África, para así ponerlo bajo el mando militar de quien hasta entonces sería la cabeza visible de dicho conflicto y posterior dictador: Francisco Franco. Cádiz fue, para desgracia de muchos, una de esas ciudades que tardaron poco o nada en caer en manos de los sublevados, ya que en apenas unos días Cádiz pasó de ser una ciudad republicana a ser una ciudad sometida; experimentando algunos de sus políticos y ciudadanos la terrible consecuencia de haber ejercido únicamente su función. Son estos hechos de los que se hace eco el historiador, recientemente doctorado, Santiago Moreno para ponerlos en conocimiento de todos aquellos interesados en la historia de su ciudad. Y lo hace mediante una ruta que tiene por título "Cádiz y la Guerra Civil", aunque dicho título, como bien indica Santiago, sea un tanto engañoso.

Esta ruta nace, tal y como explica su creador, del deseo de llevar a cabo un proyecto (1d3milhistorias)  por parte de la Universidad de Cádiz y del propio Santiago Moreno, para mí un contador de historias locales a través de sus muchas publicaciones y su blog: http://mastipiconolohay.blogspot.com (Ver columna de la derecha), con el fin de dar a conocer a los gaditanos, y no gaditanos, parte de nuestra historia local. Y lo hace a través de dicha ruta que se presenta altamente didáctica (no hay sino quien habla de "Escuelas por las calles de Cádiz", y yo no lo definiría mejor), por lo tanto fácilmente de seguir para los más neófitos en esto de la historia, pero también entretenida ya que los hechos históricos se mezclan con anécdotas interesantes (e incluso tangos cantados por Santiago ¡todo un honor!). Una ruta que, más allá de lo anecdótico, demuestra la gran labor documental e investigadora llevada a cabo por un historiador apasionado por lo que hace, que resalta, a mí parecer, la importancia que tiene en estos tiempos el conocimiento de nuestra historia más presente - pero también la más lejana- y la relevancia de eso que llaman "memoria histórica", tan degradada por ciertos sectores políticos.

"Cádiz y la Guerra Civil" es una ruta que he disfrutado enormemente como historiadora, pero también como gaditana, pues confieso que hasta ese día no conocía cómo se había desarrollado dicho conflicto en mi ciudad. No puedo más que animar a todos aquellos que leen este rinconcito a que hagan la ruta y que conozcan -y valoren- la historia de nuestra ciudad. Solo una pega puedo poner a la ruta y es que me he quedado con ganas de saber más. Mi enhorabuena y mi agradecimiento a Santi por llevar a cabo un proyecto tan bonito y tan necesario. 

Si quieren saber más sobre la ruta aconsejo que visiten el blog de Santiago Moreno, en el que se informa de próximas convocatorias. 

12 de octubre de 2015

Napoleón en Egipto



En estas semanas he estado inmersa en una lectura realmente apasionante. Se trata de la obra Napoleon in Egypt de Paul Strathern, en la que de manera magistral se cuenta la campaña invasora llevada a cabo por Napoleón en Egipto a finales del siglo XVIII, antes de que se convirtiera en emperador de Francia.

Pese a que su autor no es historiador, sino académico y escritor británico al estilo de Pérez Reverte, sí que cuenta con varias obras de tinte histórico: The Medici: Godfathers of the Renaissance, The Artist, the Philosopher and the Warrior: Leonardo, Machiavelli and Borgia - a fateful collusion, The Spirit of Venice: from Marco Polo to Casanova; de hecho, el libro dedicado a los Medicis tiene muy buenas críticas. Y pese a que no es historiador, Napoleon in Egypt se presenta, a mí parecer, como una magnífica obra histórica que se demuestra no solo en la gran cantidad de fuentes y estudios bibliográficos consultados por el autor, sino también en el contraste que hace de las mismas que puede observarse a lo largo de la lectura, ya que en no pocas ocasiones Strathern enfrenta datos. Este hecho pone de manifiesto que Strathern conoce de sobra la labor investigadora y, que además, ha trabajado las obras consultadas. 

Y si la labor documental es excelente, no lo es menos el estilo narrativo. Napoleon in Egypt se lee con gran facilidad debido a un estilo narrativo ágil y claro, en el que se nos presenta el proceso de invasión de manera cronológica: desde el momento en el que surge (mucho antes de que Napoleón naciera) hasta su catastrófico final, e incluso más allá (véase Aftermath). Paul nos narra una historia rica en detalles y muy didáctica, por lo que el lector llega a comprender qué es lo que realmente movió a Napoleón para llevar a cabo una empresa que se presentaba realmente arriesgada (en el sentido de que ponía a Francia como enemiga del Imperio Otomano, aliadas hasta entonces). Presencia el nacimiento de su megalomanía, que le llevará a querer crear todo un imperio oriental hasta la India, su "sueño oriental" que se vio sustituido por su "sueño europeo" (que también terminó en fracaso en Waterloo). Paul, además, narra en extenso el desarrollo de todo el proceso de invasión: la pacificación del Bajo Egipto, la conquista del Alto Egipcio, la creación de nuevas instituciones administrativas y culturales, etc. Me ha gustado especialmente que no sea una narración dedicada exclusivamente a lo militar, sino también a lo social y lo cultural (aunque me hubiera gustado más detalles sobre este último aspecto). Por último, el lector asiste al fin (y si se quiere, al fracaso) del sueño oriental; un fin motivado en cierta manera por Napoleón, que tras la derrota de Acre abandona Egipto con el fin de "salvar" a Francia de sus enemigos europeos. Las consecuencias de este abadono, aparte del poner fin a la invasión de Egipto, supuso, en opinión de Paul, el surgimiento del proyecto europeo que ya Napoleón tenía en mente mucho antes de abandonar su sueño oriental y que le llevaría a la corona imperial. Así pues, como conclusión, la campaña napoleónica en Egipto puede ser (y diría que debe verse) como un campo de ensayo para Napoleón, una paso previo a lo que sería su gran logro: ser emperador de Francia.

Bibliografía:

Strathern, Paul: Napoleon in Egypt, London, Vintage Books, 2007. 

29 de septiembre de 2015

Carlos, Rey Emperador - la serie



Llevaba días queriendo hablaros de la nueva ficción histórica emitida en la Televisión Española: Carlos, Rey Emperador; cuya creación no ha sido sino la consecuencia del exito televisivo que alcanzó otra ficción histórica: Isabel. En este sentido son muchas las expectativas que se han puesto en esta serie, tanto por parte de los creadores que pretenden alcanzar el mismo éxito, así como de los espectadores que esperan ver una serie de la misma calidad o mayor que Isabel; una serie que pese a ciertos errores históricos (sí, aún no se olvida el error de la catedral de Cádiz) y las limitaciones presupuestarias que afectaron su realización, dejó el listón muy, muy alto. La duda principal que existía con respecto a Carlos, Rey Emperador era si seguiría la misma senda que Isabel y en cierta manera así ha sido, básicamente porque la productora que la ha creado es la misma: Diagonal TV, y porque repiten ciertos directores y guionistas. Esto, en principio, debe tranquilizar a los espectadores, no obstante, que repitan productora, director y guionista no es siempre garantía de éxito y hasta el final no podremos decir si ha sido así, aunque sí que podemos dar unas primeras pinceladas.

¿Qué es lo que podemos esperar ver en Carlos, Rey Emperador? Según se anuncia en la página web de la serie (http://www.rtve.es/television/carlos-rey-emperador/) en ella se pretende contar nada más y nada menos que 40 años de historia, esto es, desde la llegada de Carlos de Austria a Castilla en 1517 para suceder a su abuelo Fernando el Católico en el trono de Aragón y "co-reinar" con su madre en el trono de Castilla, hasta su muerte en el Monasterio de Yuste en 1558 ya como Emperador (los años que van desde la muerte de Isabel hasta la muerte de Fernando se contarán en una película llamada La corona partida). Hasta el momento se han emitido cuatro episodios y hemos podido vislumbrar algunos de los escenarios más importantes del reinado de Carlos: Castilla y Aragon, Francia, Flandes, Inglaterra, Italia y América. Cada uno de ellos con sus respectivos conflitos: las dificultades de Carlos por ganarse la confianza de la nobleza castellana y asentar su posición como rey, las dificultades por hacerse con el trono de Aragón, las ansias de poder del rey francés Francisco I, las alianzas con Inglaterra, las labores diplomáticas de Margarita de Austria para garantizar la posición de su sobrino, la conquista de México, etc. Todo ello siguiendo una línea argumental expuesta, sin duda alguna, de manera brillante para que el espectador que no tenga tantas nociones de historia sepa seguir la narración sin perderse. No obstante, bajo mi punto de vista, es aquí donde vemos el gran error de la serie, que es la de querer abarcar demasiado. Pese a que reconozco la labor tan encomiable de la productora por querer crear una serie que abarque todo el contexto político del reinado de Carlos, creo que es un deseo demasiado ambicioso y, a veces, entre tanta trama y trama se piede un poco el objetivo principal, esto es, la figura de Carlos. Sé que muchos dirán que es imposible contar el reinado de Carlos V sin tener encuenta todos estos elementos, y en parte tienen razón, pero las limitaciones de la narración televisiva están ahí y a veces el contar demasiado puede abrumar al espectador. En este sentido yo, por ejemplo, habría pasado a un plano más secundario toda la trama de América, ya que la conquista de México habría dado por sí sola para una serie; y admito que en más de una ocasión me ha molestado el cambio de tramas, especialmente en el último capítulo emitido en el que la tensión por las negociaciones de la corona imperial se perdía cuando pasaban a contar la parte americana. En este sentido, abarcar demasiado es un error y más cuando se quiere contar todo en tan solo 17 episodios.


Izquierda: Blanca Suárez como Isabel de Portugal. Derecha: Álvaro Cervantes como Carlos V

Una serie de tal envergadura requiere, por tanto, un extenso número de personajes. Según leo en la página web son más de 100 los personajes que circularán ante nuestros ojos, y no me sorprende porque ¡hasta Leonardo da Vinci ha tenido su minuto de gloria! Pero es que además veremos a Lutero, Ponce de León, Felipe II, Solimán, etc. No falta ni un solo personaje y, de nuevo, esto puede ser una gran virtud, pero también puede ser un craso error. En lo que se refiere a las interpretaciones ocurre, bajo mi punto de vista, lo mismo que ocurria en Isabel en la que había grandes desequilibros interpretativos, es decir, algunos actores brillan mientras que otros quedan a la sombra. Empezando por el papel principal, esto es, el de Carlos V debo decir que no estoy totalmente convencida con la labor de Álvaro Cervantes, ya que no parece estar muy cómodo con el papel, no acaba de asimilarlo, y no sé qué hará cuando su personaje requiera más carácter. Lo mismo puedo decir de Blanca Suárez como Isabel de Portugal, básicamente porque siempre me ha parecido una actriz muy forzada en todos los papeles que interpreta, creo que no me han gustado ninguna de sus interpretaciones desde que la vi en El internado. Sobreactuados me parecen Alfonso de Bassave como Francisco I y Alex Brendemuhl como Enrique VIII. Aunque la peor intepretación es, sin duda alguna, la de Eric Balbás como Fernando de Austria. Por contra, creo que José Luis García Pérez se sale en el papel de Hernán Cortés, es el actor que veo que está más cómodo con su personaje. También me gustan mucho Mónica López como Margarita de Austria y Susi Sánchez como Luisa de Saboya. En cuanto a resto de personajes a nivel general están bastante bien, creo que Irene Ruiz puede dar mucho juego como María Pachecho, lideresa de las comunidades de Toledo, pero todo depende del protagonismo que se le de al personaje.


Mónica Lopez como Margarita de Austria

En cuanto a la realización, Carlos Rey Emperador vuelve a pecar de estar grabada casi exclusivamente en platós, algo que se nota mucho en la manera tan teatralizada que tienen los personajes de interactuar. Apenas se cuentan con los dedos de la mano las escenas realizadas en exteriores (Casi todas ellas en la trama de América); y a excepción de las escenas rodadas en la Alhambra creo que serán pocas las que veremos fuera de los "palacios". Esto me lleva a pensar que veremos poco conflicto bélico y si lo vemos serán con cuatro hombres y medios, lo mismo que ocurrió en Isabel y lo mismo que está ocurriendo con la trama de América (tres barcos y 10 hombres). También parece haber cierto abuso del llamado "croma" (la pared verde que sirve para recrear escenarios de manera fácil y barata); está claro que las limitaciones presupuestarias no pueden dar para mucho más, pero a veces su uso es demasiado cantoso para mi gusto. Por otro lado si que debo mostrar mi admiración por la labor de vestuario, casi lo mejorcito de la realización de la serie. Y ya no solo por la calidad de los trajes y vestidos sino por la variedad de los mismos; además se nota la labor de documentación llevada a cabo por los diseñadores, quienes en muchas ocasiones ha recurrido a pinturas de la época para inspirarse a la hora de diseñar el vestuario (en el documental  emitido tras la serie lo explican). 

Carlos V e Isabel de Portugal de luna de miel en la Alhambra

A modo de conclusión, Carlos rey Emperador me está pareciendo una gran serie histórica (como pocas de las que se hace en la televisión española), demasiado ambiciosa quizás, con una calidad envidiable pese a las limitaciones presupuestarias. Una manera entretenida de acercar una parte de la historia de España al espectador neófito. Con esto no quiero decir que la serie sea igual de válida que una lección de Historia, pues no lo es, ya que siempre digo que una serie, sea del tipo que sea, se crea para entretener y no para enseñar; pero sí que creo que es una manera diferente y entretenida de dar a conocer nuestra Historia que puede servir, de alguna manera, para motivar al espectador a conocer un poco más de la misma a través de los libros, Personalmente, tras ver la serie, me han entrado ganas de leer una de las mejores biografias de Carlos V escrita por Manuel Fernández Álvarez: Carlos V, el César y el hombre.