Hace ya bastantes días que terminé mi lectura de Carlos V, el césar y el hombre por Manuel Fernández Álvarez, pero por un motivo u otro no he encontrado el momento ni la predisposición para hacer una pequeña reseña de una obra que yo considero de obligada lectura para el conocimiento de la figura de Carlos V.
Carlos V, el césar y el hombre siempre ha sido para mí uno de esos libros "eternamente pendiente" de lectura, y no ha sido hasta precisamente la emisión de Carlos, Rey Emperador (cuya opinión podéis leer pinchando aquí) por parte de Televisión Española cuando me he animado a hacerlo. Cuesta ser parcial ante la obra de uno de los historiadores más admirados por todos los modernistas, pues sí, también los historiadores tenemos a nuestros referentes y Manuel Fernández Álvarez lo es para mí como lo es para muchos otros historiadores de la Edad Moderna española (junto a Geoffrey Parker); no obstante, trataré de hacer un acercamiento a esta obra lo más objetivamente posible. He de añadir, además, que no es el primer trabajo de Fernández Álvarez que leo, ya que en su día hice una lectura de las biografías de Isabel la Católica, Felipe II ,y Juana la loca y pese a que no todas me gustaron de la misma manera, sí que admiré el trabajo del autor.
Esta extensa biografía es, en mi opinión, el mejor acercamiento a la figura de Carlos V. En primer lugar, por el extenso trabajo documental llevado a cabo por Fernández Álvarez durante tantísimos años de carrera. Este hecho no es una sorpresa para mí, ya que en las biografías anteriormente mencionadas también se observa esta labor documental; no obstante en esta biografía dicha labor parece haber sido aún mayor si nos atenemos a lo que el mismo autor indica en la introducción de la misma. En ella, Fernández Álvarez no solo hace referencia a su conexión profesional -y si se quiere también personal- con la figura del César, sino también a todo el esfuerzo realizado para estar al día de los estudios publicados sobre dicha figura, tanto a nivel nacional como internacional. Cita, por ejemplo, algunos estudios considerados "básicos", crónicas y relaciones de la época, biografías publicadas en español y en otros idiomas, estudios monográficos, etc. Fernández Álvarez deja claro, por tanto, que presenta al lector todo el trabajo de su vida y al leer la obra no queda duda de ello.
En segundo lugar, Carlos V, el césar y el hombre, pese a su extensión, se presenta como una biografía increíblemente amena de leer y ello se debe a la pluma de Fernández Álvarez. Ya he mencionado en más de una ocasión que su forma de escribir es muy personal, cercana al lector, alejada del lenguaje académico profundamente encorsetado que en ocasiones apreciamos en este tipo de trabajos. Obviamente esta forma de escribir no gusta a todo el mundo, pero sí que es una manera de atraer a los lectores más neófitos, es decir, a aquellos lectores que no están acostumbrados a leer libros de historia, pero que se sienten atraídos por este personaje en particular y quieren saber más. De esta manera, la biografía se presenta como una obra que pueden disfrutar tanto los lectores acostumbrados a leer Historia como los que no. Es una biografía que permite disfrutar a un alto número de lectores sobre la vida de uno de los personajes más fascinantes del siglo XVI.
En último lugar, junto a lo ameno de la lectura, la biografía se me presenta altamente pedagógica. Está estructurada para que el lector disfrute, pero también para que conozca aún más la figura del Emperador y, en cierta manera, su contexto. Que conozca al rey, sí, pero también al hombre. Está dividida en seis grandes partes; en la primera trata en cinco capítulos los primeros años de vida del Emperador, su educación en Flandes bajo la supervisión de su tía Margarita, la llegada a España, los problemas para hacerse querer entre los castellanos y los aragoneses, las comunidades de Castilla y su nombramiento como Emperador. La segunda parte trata en cuatro capítulos lo que Fernández Álvarez llama "proyecto imperial" en relación a ideas, hombres y recursos. En la tercera parte trata en seis capítulos la hispanización de Carlos tras su regreso de Flandes, las primeras guerras contra Francia y la boda con Isabel de Portugal. En la cuarta parte trata en nueve capítulos su deseo de convertirse en cruzado mediante guerras contra el Islam, en Viena, en Túnez y la creación de la Santa Liga. En la quinta parte trata los problemas con sus dominios en el norte de Europa y su posterior abdicación. En la última parte, trata de su retirada a Yuste y su muerte. Una biografía con un claro orden cronológico, pero en el que se van repitiendo ideas para que el lector no pierda el norte en una u otra situación, y en el que se van haciendo hincapié también en la ideología política el Emperador.
Y aunque hasta ahora todo han sido alabanzas hacia una obra que considero esencial, si he de hacer alguna mención a las pegas que pongo a esta biografía sería, sin duda alguna, la excesiva admiración que el historiador madrileño exhibe hacia la figura de Carlos V. Nada que reprocharle, al fin y al cabo es imposible no "querer" a un personaje al que ha dedicado gran parte de su vida profesional, pero que sí que puede poner bajo cuestionamiento alguna de sus reflexiones. Es similiar a lo que le ocurre con Fernando el Católico, por el que profesa una evidente antipatía tanto en la biografía de Isabel la Católica como en la de Juana la Loca. Asimismo, en lo que se refiere principalmente a la narración, sí que se me hizo algo pesada la repetición de ideas y algunos hechos, necesarios para un lector poco acostumbrado a leer biografías, pero algo cansinas para los que tenemos algo de experiencia.
A modo de conclusión, insitir en el hecho de que Carlos V, el césar y el hombre me ha parecido una obra esencial para conocer a la figura del Emperador. Documentación excelente, narración amena e indudablemente pedagógica.