29 de septiembre de 2015

Carlos, Rey Emperador - la serie



Llevaba días queriendo hablaros de la nueva ficción histórica emitida en la Televisión Española: Carlos, Rey Emperador; cuya creación no ha sido sino la consecuencia del exito televisivo que alcanzó otra ficción histórica: Isabel. En este sentido son muchas las expectativas que se han puesto en esta serie, tanto por parte de los creadores que pretenden alcanzar el mismo éxito, así como de los espectadores que esperan ver una serie de la misma calidad o mayor que Isabel; una serie que pese a ciertos errores históricos (sí, aún no se olvida el error de la catedral de Cádiz) y las limitaciones presupuestarias que afectaron su realización, dejó el listón muy, muy alto. La duda principal que existía con respecto a Carlos, Rey Emperador era si seguiría la misma senda que Isabel y en cierta manera así ha sido, básicamente porque la productora que la ha creado es la misma: Diagonal TV, y porque repiten ciertos directores y guionistas. Esto, en principio, debe tranquilizar a los espectadores, no obstante, que repitan productora, director y guionista no es siempre garantía de éxito y hasta el final no podremos decir si ha sido así, aunque sí que podemos dar unas primeras pinceladas.

¿Qué es lo que podemos esperar ver en Carlos, Rey Emperador? Según se anuncia en la página web de la serie (http://www.rtve.es/television/carlos-rey-emperador/) en ella se pretende contar nada más y nada menos que 40 años de historia, esto es, desde la llegada de Carlos de Austria a Castilla en 1517 para suceder a su abuelo Fernando el Católico en el trono de Aragón y "co-reinar" con su madre en el trono de Castilla, hasta su muerte en el Monasterio de Yuste en 1558 ya como Emperador (los años que van desde la muerte de Isabel hasta la muerte de Fernando se contarán en una película llamada La corona partida). Hasta el momento se han emitido cuatro episodios y hemos podido vislumbrar algunos de los escenarios más importantes del reinado de Carlos: Castilla y Aragon, Francia, Flandes, Inglaterra, Italia y América. Cada uno de ellos con sus respectivos conflitos: las dificultades de Carlos por ganarse la confianza de la nobleza castellana y asentar su posición como rey, las dificultades por hacerse con el trono de Aragón, las ansias de poder del rey francés Francisco I, las alianzas con Inglaterra, las labores diplomáticas de Margarita de Austria para garantizar la posición de su sobrino, la conquista de México, etc. Todo ello siguiendo una línea argumental expuesta, sin duda alguna, de manera brillante para que el espectador que no tenga tantas nociones de historia sepa seguir la narración sin perderse. No obstante, bajo mi punto de vista, es aquí donde vemos el gran error de la serie, que es la de querer abarcar demasiado. Pese a que reconozco la labor tan encomiable de la productora por querer crear una serie que abarque todo el contexto político del reinado de Carlos, creo que es un deseo demasiado ambicioso y, a veces, entre tanta trama y trama se piede un poco el objetivo principal, esto es, la figura de Carlos. Sé que muchos dirán que es imposible contar el reinado de Carlos V sin tener encuenta todos estos elementos, y en parte tienen razón, pero las limitaciones de la narración televisiva están ahí y a veces el contar demasiado puede abrumar al espectador. En este sentido yo, por ejemplo, habría pasado a un plano más secundario toda la trama de América, ya que la conquista de México habría dado por sí sola para una serie; y admito que en más de una ocasión me ha molestado el cambio de tramas, especialmente en el último capítulo emitido en el que la tensión por las negociaciones de la corona imperial se perdía cuando pasaban a contar la parte americana. En este sentido, abarcar demasiado es un error y más cuando se quiere contar todo en tan solo 17 episodios.


Izquierda: Blanca Suárez como Isabel de Portugal. Derecha: Álvaro Cervantes como Carlos V

Una serie de tal envergadura requiere, por tanto, un extenso número de personajes. Según leo en la página web son más de 100 los personajes que circularán ante nuestros ojos, y no me sorprende porque ¡hasta Leonardo da Vinci ha tenido su minuto de gloria! Pero es que además veremos a Lutero, Ponce de León, Felipe II, Solimán, etc. No falta ni un solo personaje y, de nuevo, esto puede ser una gran virtud, pero también puede ser un craso error. En lo que se refiere a las interpretaciones ocurre, bajo mi punto de vista, lo mismo que ocurria en Isabel en la que había grandes desequilibros interpretativos, es decir, algunos actores brillan mientras que otros quedan a la sombra. Empezando por el papel principal, esto es, el de Carlos V debo decir que no estoy totalmente convencida con la labor de Álvaro Cervantes, ya que no parece estar muy cómodo con el papel, no acaba de asimilarlo, y no sé qué hará cuando su personaje requiera más carácter. Lo mismo puedo decir de Blanca Suárez como Isabel de Portugal, básicamente porque siempre me ha parecido una actriz muy forzada en todos los papeles que interpreta, creo que no me han gustado ninguna de sus interpretaciones desde que la vi en El internado. Sobreactuados me parecen Alfonso de Bassave como Francisco I y Alex Brendemuhl como Enrique VIII. Aunque la peor intepretación es, sin duda alguna, la de Eric Balbás como Fernando de Austria. Por contra, creo que José Luis García Pérez se sale en el papel de Hernán Cortés, es el actor que veo que está más cómodo con su personaje. También me gustan mucho Mónica López como Margarita de Austria y Susi Sánchez como Luisa de Saboya. En cuanto a resto de personajes a nivel general están bastante bien, creo que Irene Ruiz puede dar mucho juego como María Pachecho, lideresa de las comunidades de Toledo, pero todo depende del protagonismo que se le de al personaje.


Mónica Lopez como Margarita de Austria

En cuanto a la realización, Carlos Rey Emperador vuelve a pecar de estar grabada casi exclusivamente en platós, algo que se nota mucho en la manera tan teatralizada que tienen los personajes de interactuar. Apenas se cuentan con los dedos de la mano las escenas realizadas en exteriores (Casi todas ellas en la trama de América); y a excepción de las escenas rodadas en la Alhambra creo que serán pocas las que veremos fuera de los "palacios". Esto me lleva a pensar que veremos poco conflicto bélico y si lo vemos serán con cuatro hombres y medios, lo mismo que ocurrió en Isabel y lo mismo que está ocurriendo con la trama de América (tres barcos y 10 hombres). También parece haber cierto abuso del llamado "croma" (la pared verde que sirve para recrear escenarios de manera fácil y barata); está claro que las limitaciones presupuestarias no pueden dar para mucho más, pero a veces su uso es demasiado cantoso para mi gusto. Por otro lado si que debo mostrar mi admiración por la labor de vestuario, casi lo mejorcito de la realización de la serie. Y ya no solo por la calidad de los trajes y vestidos sino por la variedad de los mismos; además se nota la labor de documentación llevada a cabo por los diseñadores, quienes en muchas ocasiones ha recurrido a pinturas de la época para inspirarse a la hora de diseñar el vestuario (en el documental  emitido tras la serie lo explican). 

Carlos V e Isabel de Portugal de luna de miel en la Alhambra

A modo de conclusión, Carlos rey Emperador me está pareciendo una gran serie histórica (como pocas de las que se hace en la televisión española), demasiado ambiciosa quizás, con una calidad envidiable pese a las limitaciones presupuestarias. Una manera entretenida de acercar una parte de la historia de España al espectador neófito. Con esto no quiero decir que la serie sea igual de válida que una lección de Historia, pues no lo es, ya que siempre digo que una serie, sea del tipo que sea, se crea para entretener y no para enseñar; pero sí que creo que es una manera diferente y entretenida de dar a conocer nuestra Historia que puede servir, de alguna manera, para motivar al espectador a conocer un poco más de la misma a través de los libros, Personalmente, tras ver la serie, me han entrado ganas de leer una de las mejores biografias de Carlos V escrita por Manuel Fernández Álvarez: Carlos V, el César y el hombre. 

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