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24 de octubre de 2015

Ruta "Cádiz y la Guerra Civil"




El 18 de julio de 1936 dio comienzo uno de los episodios más sangrientos y, si me lo permiten, más penosos de la Historia de España: la Guerra Civil Española. Un conflicto bélico que enfrentó a españoles contra españoles y que dio como resultado una terrible dictadura militar que duró cuarenta años y que se caracterizó - hasta prácticamente sus últimos años- por una fuerte represión que se tradujo en miles de muertos y desaparecidos.

Fue a partir de ese mismo 18 de julio cuando las ciudades españolas fueron cayendo -algunas más rápidas que otras- ante la fuerza del ejército sublevado llegado de África, para así ponerlo bajo el mando militar de quien hasta entonces sería la cabeza visible de dicho conflicto y posterior dictador: Francisco Franco. Cádiz fue, para desgracia de muchos, una de esas ciudades que tardaron poco o nada en caer en manos de los sublevados, ya que en apenas unos días Cádiz pasó de ser una ciudad republicana a ser una ciudad sometida; experimentando algunos de sus políticos y ciudadanos la terrible consecuencia de haber ejercido únicamente su función. Son estos hechos de los que se hace eco el historiador, recientemente doctorado, Santiago Moreno para ponerlos en conocimiento de todos aquellos interesados en la historia de su ciudad. Y lo hace mediante una ruta que tiene por título "Cádiz y la Guerra Civil", aunque dicho título, como bien indica Santiago, sea un tanto engañoso.

Esta ruta nace, tal y como explica su creador, del deseo de llevar a cabo un proyecto (1d3milhistorias)  por parte de la Universidad de Cádiz y del propio Santiago Moreno, para mí un contador de historias locales a través de sus muchas publicaciones y su blog: http://mastipiconolohay.blogspot.com (Ver columna de la derecha), con el fin de dar a conocer a los gaditanos, y no gaditanos, parte de nuestra historia local. Y lo hace a través de dicha ruta que se presenta altamente didáctica (no hay sino quien habla de "Escuelas por las calles de Cádiz", y yo no lo definiría mejor), por lo tanto fácilmente de seguir para los más neófitos en esto de la historia, pero también entretenida ya que los hechos históricos se mezclan con anécdotas interesantes (e incluso tangos cantados por Santiago ¡todo un honor!). Una ruta que, más allá de lo anecdótico, demuestra la gran labor documental e investigadora llevada a cabo por un historiador apasionado por lo que hace, que resalta, a mí parecer, la importancia que tiene en estos tiempos el conocimiento de nuestra historia más presente - pero también la más lejana- y la relevancia de eso que llaman "memoria histórica", tan degradada por ciertos sectores políticos.

"Cádiz y la Guerra Civil" es una ruta que he disfrutado enormemente como historiadora, pero también como gaditana, pues confieso que hasta ese día no conocía cómo se había desarrollado dicho conflicto en mi ciudad. No puedo más que animar a todos aquellos que leen este rinconcito a que hagan la ruta y que conozcan -y valoren- la historia de nuestra ciudad. Solo una pega puedo poner a la ruta y es que me he quedado con ganas de saber más. Mi enhorabuena y mi agradecimiento a Santi por llevar a cabo un proyecto tan bonito y tan necesario. 

Si quieren saber más sobre la ruta aconsejo que visiten el blog de Santiago Moreno, en el que se informa de próximas convocatorias. 

4 de julio de 2015

Encuentro de Jóvenes Investigadores


Inauguración del Encuentro


Estos días pasados he tenido la oportunidad de participar en el III Encuentro de Jóvenes Investigadores organizado por la Fundación Española de Historia Moderna, una excelente oportunidad para que los que nos iniciamos en el mundo de la investigación demos a conocer nuestros trabajos a los compañeros historiadores. 

Desde que supe de su celebración el año pasado no dudé en apuntarme, dado que la Fundación siempre prepara congresos que destacan por su excelente organización y por la calidad de los participantes. El año pasado en Sevilla, por ejemplo, disfrutamos de un congreso excelente, con ponencias y comunicaciones de gran calidad y con actividades culturales de gran interés para los que disfrutamos de la historia, como fueron las visitas a los Reales Alcázares o a Osuna. Este año no ha sido muy diferente: el Encuentro se componía de un total de 128 comunicaciones divididas en varias sesiones: Formas de poder, cultura material y civilización y familia, con jóvenes investigadores procedentes de toda la geografía española e incluso de Europa. Los asistentes, en este sentido, podíamos decidir a qué comunicaciones queríamos asistir. Dado que a mi me colocaron en la sesión de cultura material decidí asistir a las comunicaciones que la conformaban y salí con la sensación de que había un gran potencial, pues los trabajos presentados fueron en su mayoría interesantísimos. Sería injusto por mi parte destacar solo algunos, pero no puedo evitar mencionar los de Arianna Giorgi dedicado al estudio de las apariencias, el de Alfonso Gómez Díez dedicado a las denuncias falsas de brujería, el de Rocio Alamillos dedicado al uso que hacían las mujeres del mito brujeril para manipular la justicia o el de Jordi Bages dedicado al estudio de los recetarios y libros de cocinas catalanes. El único aspecto negativo del Encuentro fue el poco tiempo que teníamos para exponer nuestros trabajos, pues 10 minutos apenas son suficientes para plantear nada y, a veces, un determinado tema se queda en una mera anécdota, como fue mi caso. Pese a ello salí bastante satisfecha y no descarto en participar en futuros congresos y encuentros.

Durante mi comunicación

Como actividad cultural, la organización preparó una visita urbana por el centro histórico de Valladolid, una ciudad que todo modernista debería visitar al menos una vez en la vida, por lo relevante que fue durante la Edad Moderna española. La visita contó con una guía excelente que nos explicó todo tipo de detalles sobre los edificios más emblemáticos, como lo son la catedral, la Plaza Mayor o el Palacio de los Pimentel. 

Plaza Mayor y Ayuntamiento

Catedral

Palacio de los Pimentel, lugar de nacimiento de Felipe II

Iglesia de San Pablo, lugar donde se bautizó Felipe II

Palacio de los Vivero, lugar donde se casaron los Reyes Católicos

Interior del Palacio

Archivo de Simancas

29 de noviembre de 2013

Iasi, "La ciudad de los grandes amores"

Detalle Jardín Botánico

Durante los pasados veinte días he pasado unas agradables vacaciones en Rumanía, concretamente en la ciudad de Iasi, y por ello me gustaría compartirlo con aquellos que se acercan a este mini-rinconcito de Internet. 

No es mucho lo que yo conocía de Rumanía expecto lo típico tal como Vlad Tepes que inspiró a Bram Stoker para escribir "Drácula", o la gran presencia de gitanos en el mismo. Poco o nada sabía de su historia, no obstante Rumanía puede presumir de haber sido el primer lugar donde habitaron los Homo Sapiens hace 42000 años, así como poseer el idioma más cercano al latín. Yo he tenido la suerte de pasar veinte días en la ciudad de Iasi, una ciudad situada al nordeste del país y que fue capital del Reino de Rumanía al principio del siglo XX cuando se produjo la unificación de las regiones gracias a Alexandru Ioan Cuza. Hoy día es una de las principales ciudades de Rumanía debido a su actividad económica, social y cultural. 

A primera vista, para los que venimos del oeste, una ciudad como Iasi puede impresionar especialmente por el descuido general que se ve. Los edificios muestran un claro desgaste, las calles necesitan un buen retoque, y sobre la cabeza hay una gran cantidad de cables... No obstante, teniendo en cuenta la historia del país te das cuenta que no es más que la consecuencia de todo lo que ha pasado y que aún sigue arrastrando todo ese atraso que supuso el régimen comunista, al igual que España sigue arrastrando los años de dictadura. Esto no quiere decir que la gente de Rumanía no viva bien, no nos equivoquemos. Existe una gran actividad económica en Isai, como muestra los dos enormes centros comerciales que se han construido recientemente y que siempre está lleno de gente, pero la vida en Rumanía es diferente. Los salarios son bajos (una profesora, por ejemplo, gana de media unos 250 euros) y los precios están al mismo nivel que en el resto de Europa y en ocasiones se vive o sobrevive gracias a productos orgánicos que la propia familia cultiva. Aún así la vida en Iasi no es diferente a la vida en España, es más, me atrevería a decir que es mejor.

Para los que nos gusta la historia y las visitas culturales quizás hay un par de cosas que podríais ver:

1- Palacio de la Cultura (Palatul Culturii). Al final del Bulevar de Stefan Cel Mare se encuentra este enorme palacio (que parece sacado de uno de los cuentos de princesas Disney) construido a principios del siglo XX sobre las viejas ruinas del palacio de la Corte Real de Moldavia del siglo XV. Es un complejo donde se encuentran cuatro museos tales como el Museo de Arte, Museo de Historia, Museo de Etnografía y Museo de Ciencia y Tecnología. Desafortunadamente ahora se encuentra cerrado debido a las obras de restauración que se están llevando a cabo. Una alternativa es pasear por los jardines que rodean al palacio o bien por el enorme centro comercial que hay justo en frente. 

Palacio de la Cultura desde Palas Mall.

2. Catedral Ortodoxa. Situada en el Bulevar Stefan Cel Mare, la catedral Ortofoxa de Iasi es la iglesia ortodoxa más grande de Rumanía. Data de principios del siglo XIX, desafortunadamente, al igual que el palacio, está en restauración y no se puede apreciar el estilo renacentista de la misma. 

De fondo la catedral Ortodoxa de Iasi. 

3. Casa Dofostei. Dimitrie Barilă, mejor conocido como Dofostei, fue un poeta y traductor Moldavo. Gracias a él se tradujeron importantes poemas al rumano. Su casa, hoy museo, contiene interesantes manuscritos. 


Casa Dofostei

4. Monasterio Golia. Situado en una de las zonas más alta de Iasi encontramos este monasterio amurallado del siglo XVII. La iglesia del interior fue erigida en el siglo XVI gracias al boyardo Ioan Golia (de ahí el nombre) y, posteriormente, el príncipe Vasile Lupu construyó lo que es el recinto en sí. La torre de la entrada, con 120 escalones, es uno de los símbolos de Iasi. En el interior encontramos una especie de altar de madera del siglo XVIII.

Iglesia del interior del Monasterio

5. Museo de la Unión o Palacio Cuza. Lugar de residencia del Príncipe Alexandru Ioan Cuza durante 1859-1862 y a principios del siglo XX. Un palacio magníficamente conservado con todo tipo de detalle, una pena que no se permitan fotografías. Creo que es un museo desconocido por los propios habitantes de Iasi porque cuando lo visité estaba completamente vacío e iban encenciendo las luces a medida que iba pasando de sala en sala. Pero recomiendo visitarlo ya que está maravillosamente bien cuidado. 

Museo de la Unión.


Para mí este es el top cinco si visitas Iasi, pero cabría mencionar varios lugares interesantes. En primer lugar, y si el tiempo acompaña, recomiendo un paseo por los bulevares tales como Stefan Cel Mare donde podéis ver, además de la catedral, la Iglesia de los tres jerarcas, el palacio Roznovanu -ayuntamiento- o el Teatro Nacional Vasile Alecsandri. En segundo lugar, y también si el tiempo acompaña, un paseo por la Plaza de la Unión por donde llegaréis al Museo de la Unión y donde veréis una estatua de Alexandru Ioan Cuza así como el Hotel Traian que fue diseñado por Eiffiel. Y, por último, y de nuevo con el tiempo a nuestro favor, un paseo por el Bulevar Copou donde podéis ver los edificios de la Universidad de Iasi, el edificio del Instituto Francés y si sois valiente y os gusta andar, podréis ver la zona militar y al final el Jardín Botánico que es muy bonito para pasar el día, siempre y cuando sea soleado y calorcito porque con el frío no se disfruta igual. Al final del Jardín Botánico, muy escondido, hay una pequeña Iglesia Ortodoxa y un cementerio que merece la pena ver. 

En definitiva, Iasi es una ciudad preciosa. Una ciudad que tiene un halo de romanticismo gracias a esa decadencia. El cableado, los viejos tranvías, los edificios antiguos y los bulevares dan a la ciudad cierto encanto que es difícil de olvidar. 

6 de septiembre de 2011

Hever Castle, el castillo donde nació Ana Bolena


En mi nueva vida en Inglaterra estoy teniendo la oportunidad de visitar muchos lugares históricos y me es inevitable colgar aaquí algunos de ellos. El último visitado ha sido "Hever Castle", el castillo donde nació la más famosas de las esposas de Enrique VIII, Ana Bolena. El sitio en sí tiene una gran cantidad de historia que, brevemente, contaré aquí:
La parte mas antigua de Hever Castle fue construida a finales del siglo XIII y consistía en un cortijo fortificado más que en un castillo. Dos siglos después, la familia Bullen, adquirió la propiedad. En ella nació Ana Bolena, María Bolena y George Bolena. Los tres estuvieron muy vinculados al rey, Enrique VIII: la primera como reina, la segunda como amante y el tercero como ayida de cámara. Esta vinculación con el rey de Inglaterra permitió a los Bolena tener mucho poder y riqueza, sin embargo, la suerte no les duraría eternamente y el capricho del rey por otra esposa hizo que mandara a decapitar a Ana (Eso sí con gran amabilidad pues hizo traer a un vedugo de Francia con gran experiencia para que no fueran tan mal la cosa) acusada de alta traición, asimismo, George, fue acusada de haber tenido una relación incestuosa con su hermana Ana y también fue decapitado.
Tras la muerte de Ana, su padre fue rechazado en la corte e ignorado por sus vecinos pero continuó viviendo en el castillo hasta su muerte. Enrique se quedó con el castillo como parte de la herencia de su mujer y se lo dió a su cuarta esposa, Ana de Cleves, tras divorciarse de ella.
Tras la muerte de Enrique, María Tudor se quedo con todas las propiedades, incluidas Hever. Ella se lo arrendó a la familia Waldegrave que la utilizó como retiro durante seis generaciones. En 1689, James de Waldegrave deicidió vender la propiedad a William Humphreys cuya familia vivió en ella por más de 30 años.
El castillo fue vendido a la familia Waldo y fue ocupada por varios inquilinos agrículas hasta 1903 cuando fue comprada por William Waldorf Astor. Con el propósito de agradar la casa sin afectar las características arquitectónicas del Castillo, el Sr. Astor decidió construir una aldea con casitas estilo Tudor, incluyendo habitaciones para visitas, alojamientos para el personal y otras oficinas y todo ello conectado con el castillo por corredores y un puente bajo cubierta. Creó, además, un jardín Tudor. Se tardó tres años en completar toda la obra. Sin embargo, la obra de William W. Astor se tuvo que reducir en años posteriores y se crearon casitas y apartamentos independientes.


En 1983 los Astor dejaron Hever después de 80 años de residencia. En 1981 la familia Astor y sus administradores decidieron porner en venta el castillo que fue comprado por Broadland Propierties Limited, una compañia privada basada en Yorkshire.