8 de mayo de 2009

Potosí y Huancavelica, el infierno en la tierra.

La llegada de los españoles al continente americano, no sólo supuso la llegada de una nueva cultura, una nueva lengua, una nueva religión, todas esas cosas positivas que intentan justificar la colonización de la Corona Española a un lugar que no era suyos, sino que también supuso la llegada de la explotación, de la esclavización, de la crueldad, del sometimiento, etc. Y un buen ejemplo de ello es Huancavelica y Potosí.



En la actual Bolivia, denominada "Alto Perú" en la época colonial y dentro del Virreinato del Perú, se encuentra Potosí a 4200 metros de altura, en plena puna. Es una meseta fría y desolada, sin campos de cultivo alrededor, una zona hostil y de constantes vientos, asilada geográficamente. A 1000 kilometros se halla Huancavelica, en los Andes peruanos, donde se hallaban las minas de mercurio. Ambos lugares de producción, el uno de plata y el otro de mercurio, necesario para extraer la plata a través de lo que se denomina amalagama de mercurio creado por Bartolomé de Medina.

Potosí fue descubierto en 1545, es un cerro con diversas capas de riqueza: plata y estaño. Actualmente el "cerro rico", así denominado" está totalmente agujereado y amenaza con el desplome. Como ciudad llegó a ser una de las más populosas del mundo, denominada de forma distinta: "joya del Imperio", "principal nervio del Estado", "montaña maldita", etc. Para conocer Potosí se posee una obra de gran importancia: Relación de la Villa Imperial de Potosí que data de 1580. En ella describe física y humanamente la ciudad, así como las relaciones de producción y el régimen de explitación del "cerro rico".



En lo que se refiere a las relaciones de producción, en Potosí no hay propietarios, sino concesionarios de minas, es decir, las minas, el subsuelo son siempre de la Corona, y al particula que pone el capital, los medios de producción, la mano de obra y el riesgo se le "concede" la explotación de la mina con todos sus beneficios, estando obligado a pagar a la Corona por dicha "concesión" un quinto de la riqueza obtenida, llamado "quinto del real". La mano de obra estaba constitudida por indígenas que responden a las siguientes tipologías:



Maloca: era el indígena esclavo, capturado en las guerras de Chile, se les compraba, capturados con collar en 20 peses y revendidos en Potosí a 100 pesos.



Mingado: Se trataba del indio contratado que recibía un salario de medio peso si sacaba 23 kilos de mineral de plata al día.



Mitayo: Sus orígenes se remontan a la Mita, de la época incaica, que consistía en el reclutamiento forzoso de los varones entre 20 y 50 años para obligarlos a trabajar para el Estado inca. Dicha obligación la mantuvo el Virrey Francisco de Toledo para así obligar a los indios a trabajar en las minas de Potosí y Huancavelica. Así los indígenas y sus familias eran reclutados por los "curacas", jefes indígenas, para así pagar el impuesto laboral. Muchos de ellos se arruinaban y pagaban al curaca el precio de su libertad, otros se veían obligados a cumplir con el turno de mita de uno a tres años. La mayoría no volvían a su ciudad de origen. Las minas de mercurio de Huancavelica eran mataderos humanos de forma que en las comunidades indígenas se decían misas de difunto porque se sabía que no volverían.




Los indios que trabajaban en Potosí antes de adentrarse en el interio de la mina invocaban al dios Tío (ver foto) para que les ayudara en la extracción del mineral. El trabajo se realizaba en unas galerías insalubres, preparadas para una actividad diaria no superior a cuatro horas, y ellos trabajaban un mínimo de ocho y debían sacar todos un mínimo de 23 kilos de minaral diario. Estaban expuestos a todo tipo de enfermedades. Para trabajar en Potosí y soportar la altura, debían de consumir mucha coca (hierba que ayuda a soportar el mal de altura o soroche) y a mayor consumo e coca se rendía más y se comía menos, por lo que su consumo fue muy popularizado. A todo ello hay que añadir los malos tratos que los indígenas recibían cada día al salir de la mina.













FUENTE: Pérez Murillo, Mª Dolores: Introducción a la Historia de América: altas culturas y bases de la colonización española, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, Cádiz, 2003.

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