La novela puede estructurarse de muchas maneras y se pueden extraer muchas cosas de ella. Sin embargo, hemos optado por estructurarlo en cuatro partes: las que hacen referencia a las tres vidas de Eva y la enfermedad. A lo largo del paso de esas tres vidas podemos observar que Eva va cambiando, va evolucionado para llegar a su destino: el poder de ayudar a lo que ella consideraba sus descamisados.
La primera vida de Eva ocupa la primera parte del libro (desde la página 11 hasta la 116). Esta primera parte la podríamos considerar como la vida de humillación. En ella conocemos los orígenes de la familia de Eva, su abuela Petrona Núñez a la que se la califica como soldadera, mujer de muchos y de ninguno y con la cualidad de manejar a aquellos hombres temibles que volvían con la visión del desierto en la mirada. Se vincula la fortaleza de Eva con la de su abuela, una mujer que se nos presenta como una mujer de “armas tomar”. Ésta decidió casarse con Joaquín Ibarguren. De dicho matrimonio nació la madre de Eva: Juana Ibarguren. Una muchacha bonita que tuvo la mala suerte de enamorarse de Juan d´Huart, un gringo que se había establecido en Los Toldos para explotar el campo de La Unión. Y decimos mala suerte porque éste ya estaba casado y la familia que formó con Juana no era más que una familia ilegítima a la que mantenía. Era una relación tormentosa y de una de las muchas riñas nació Eva a la que negó su reconocimiento, por lo que fue castigada a llevar el apellido Ibarguren como seña de su origen ilegítimo. Esta ausencia del padre dejaría huella en la mujer que luego se convertiría y en el libro se referirá como “el Hombre” a su padre, ese ser al que apenas conoció. Tras la muerte del padre, Juana empezaría a sufrir una serie de humillaciones iniciadas ya desde el funeral del mismo, escena que quedó grabada en la memoria de Eva. Ante esta situación Juana decide trasladarse a Junín y fue allí donde la pequeña Eva recibe su clases primarias y donde muestra sus primeras aptitudes artísticas. También en Junín Eva conocería a Damián, un anarquista revolucionario que daba discursos a los trabajadores. Fue con Damián cuando Eva tomó contacto con las palabras de revolución, socialismo, marxismo, etc. Aunque aún no conocía sus significados. Si Damián fue su primer amor o no, eso no lo sabemos, algo se deja intuir en el libro, pero desconocemos si esa relación es fruto de la ficción del autor o fruto de la realidad, en cualquier modo el contacto con Damián supuso la implantación de la semilla de “algo” que después florecería.
A pesar del rechazo de su madre de dejarla ser actriz, Eva se impuso y se fue a Buenos Aires a buscar su destino aunque no fuera el que ella creía en ese momento, sino más grande aún.
Lo curioso de esta “primera vida” de Eva es que siempre ha sido ocultada. El autor pone en boca de Eva una frase muy significativa que expresa esa ocultación: No nada verdadero se puede contar. Y es que esta vida fue ocultada primero para ser actriz donde pasa a llamarse Eva Durante y luego para ser la Señora de Perón. De hecho, se cuenta como es manipulada su partida de nacimiento para cambiar el lugar y fecha del mismo. Este hecho en realidad no debe de llamar la atención, Eva no sería la primera ni la última en inventar o modificar su propia vida pues ya desde los faraones egipcios los orígenes son manipulables respondiendo a un fin: justificar o dar una justificación de que se debe estar en el poder. En el caso de Eva, los pilares de su vida se sustentan sobre algo creado.
La segunda etapa (116-160) de la vida de Eva es la de Eva Duarte y Eva Durante. La Eva actriz. No fue una etapa fácil. Con una valija de cartón y durmiendo en pensiones de mala muerte, Eva buscaba cada día su destino, su lugar en el mundo. A pesar de lo difícil de esa vida hay algo en lo que se insiste en el libro y es que ella siempre se mantuvo pura. En esa etapa Eva se forjó como una luchadora, nada ni nadie podía contra ella, ni los múltiples rechazos que recibía. Y su perseverancia pronto tuvo frutos. En 1935 adquiere un pequeño papel en La señora de Pérez donde sus intervenciones fueron consideradas “muy correctas”: A partir de ese momento todo fue ya cuesta abajo. Le ofrecieron pequeños papeles en diversas obras, aunque había épocas de sequía, pero lograba sobrevivir. En 1937 tuvo su primer papel en el cine, y su última actuación en éste, La pródiga, nunca llegó a estrenarse. No fue buena actriz, pero si triunfó en la radio. En 1938 se da cuenta que su lugar es la radio y allí pone voz a grandes mujeres de la historia. Poco a poco fue adquiriendo dinero y poder. El dinero le permitió comprarse un apartamento, el poder le permitió crear un Sindicato de Actores e incluso se deja ver el libro que se vengó de varias situaciones vividas. En cualquier caso, antes de conocer a Perón Eva era ya reconocida por sus actuaciones en la radio.
Su tercera vida (160-347) se inicia en el momento que conoce a Perón en el Luna Park y estará marcada por las consecuencias de dicha relación. El encuentro tuvo lugar el 22 de enero de 1944. Lo curioso del hecho, es que la novela deja entrever que fue Eva el que dio el primer paso por conocer a Perón. Ella sabía que era alguien importante del ejército y no dudó en sentarse a su lado a conocerlo. Perón se enamoró de ella y vivieron juntos en el apartamiento de la misma durante varios años. La novela deja entrever que los años que van desde el 1943 al 1945 son los años de apogeo de ambos, pero también años críticos. Hecho importante es la detención de Perón, y la cobardía de Eva ante este hecho. Sin embargo, esta detención provocó el populismo del propio Perón que se presentaba a las elecciones para ser presidente de Argentina. En ese tiempo se forja el peronismo, pero también se forja la figura de Eva a la que se le considera como una persona educada por Perón. Fue él quien la instruyó y la convirtió en la mujer que fue, pero también ella misma supo crearse a sí misma. Eva participó activamente en la campaña electoral de su ya marido. Este hecho molestó a muchos sectores del ejército, pues era la primera vez que una mujer participaba de manera tan activa. Finalmente, el 24 de febrero de 1946 Perón es elegido presidente y Eva entiende cual es su destino: el poder de ayudar. No duda en crear una Fundación la cual adquiere forma gracias a las donaciones y no duda en dar su más completo apoyo a Perón. Su labor como Señora de Perón, su trabajo con los descamisados, hará que el propio pueblo la presente como candidata a la Vicepresidencia Argentina, cuyo “renunciamiento” fue una decepción para el pueblo. Hecho destacable de esta época es su gira europea donde fue tratada como “jefa de estado”. Quedó conmocionada en su visita a España al ver como la dictadura franquista trataba a los trabajadores, también su visita al Vaticano supuso un cambio en su actitud frente a la Iglesia. Del mismo modo cabe destacar su labor en el feminismo, pues gracias a ella se consiguió el derecho a voto para la mujer, derecho que ejerció ya en la cama del hospital.
La última parte del libro es la enfermedad, esa nube negra presente en toda la novela. Se puede observar una cierta relación entre el fin de Eva y el fin de Argentina que ella y Perón habían creado. Parece como si Eva presintiera el futuro desgarrador que iba a venir con la Dictadura de los años 70. Sus meses de enfermedad fue para ella una carrera contrarreloj cuyo fin era conservar la Argentina peronista. También hay un cierto carácter cíclico en ello, pues Eva siente que con la enfermedad vuelve a ser la chica que llegó a Buenos Aires con la valija de cartón y hace referencia a la enfermedad como “la Ibarguren”. Eva cumpliría con sus funciones hasta último momento, sus últimos discursos (17 de octubre) fueron los más emotivos y su última aparición pública fue cumpliendo su papel como Señora de Perón cuando éste juró su cargo el 4 de Junio de 1952, apenas un mes antes de la muerte de Eva.
Lo interesante de esta novela no es que sea una simple biografía de Eva donde se dan datos, sino que también describe su personalidad y le da voz. La hace cercana al lector, como si ella misma y los que la rodean contaran su vida. Por otro lado, el libro genera una serie de cuestiones al lector, como el supuesto comunismo de Eva, su religiosidad y su actitud ante la Iglesia, su antimilitarismo, etc. Sin embargo, lo que más llama la atención es ese “secreto” que el autor menciona en varias ocasiones a lo largo de la obra pero que no termina de decir qué es dejando al lector con una expectación no resuelta. Quizás sea real, quizás ficción del autor. En cualquier caso está ahí. En definitiva, la obra supone un primer acercamiento a uno de los personajes más importante de la Historia Argentina, un personaje divinizado pero también demonizado, y para nada simple, sino un personaje complejo que anima a saber más de ella misma.
La primera vida de Eva ocupa la primera parte del libro (desde la página 11 hasta la 116). Esta primera parte la podríamos considerar como la vida de humillación. En ella conocemos los orígenes de la familia de Eva, su abuela Petrona Núñez a la que se la califica como soldadera, mujer de muchos y de ninguno y con la cualidad de manejar a aquellos hombres temibles que volvían con la visión del desierto en la mirada. Se vincula la fortaleza de Eva con la de su abuela, una mujer que se nos presenta como una mujer de “armas tomar”. Ésta decidió casarse con Joaquín Ibarguren. De dicho matrimonio nació la madre de Eva: Juana Ibarguren. Una muchacha bonita que tuvo la mala suerte de enamorarse de Juan d´Huart, un gringo que se había establecido en Los Toldos para explotar el campo de La Unión. Y decimos mala suerte porque éste ya estaba casado y la familia que formó con Juana no era más que una familia ilegítima a la que mantenía. Era una relación tormentosa y de una de las muchas riñas nació Eva a la que negó su reconocimiento, por lo que fue castigada a llevar el apellido Ibarguren como seña de su origen ilegítimo. Esta ausencia del padre dejaría huella en la mujer que luego se convertiría y en el libro se referirá como “el Hombre” a su padre, ese ser al que apenas conoció. Tras la muerte del padre, Juana empezaría a sufrir una serie de humillaciones iniciadas ya desde el funeral del mismo, escena que quedó grabada en la memoria de Eva. Ante esta situación Juana decide trasladarse a Junín y fue allí donde la pequeña Eva recibe su clases primarias y donde muestra sus primeras aptitudes artísticas. También en Junín Eva conocería a Damián, un anarquista revolucionario que daba discursos a los trabajadores. Fue con Damián cuando Eva tomó contacto con las palabras de revolución, socialismo, marxismo, etc. Aunque aún no conocía sus significados. Si Damián fue su primer amor o no, eso no lo sabemos, algo se deja intuir en el libro, pero desconocemos si esa relación es fruto de la ficción del autor o fruto de la realidad, en cualquier modo el contacto con Damián supuso la implantación de la semilla de “algo” que después florecería.
A pesar del rechazo de su madre de dejarla ser actriz, Eva se impuso y se fue a Buenos Aires a buscar su destino aunque no fuera el que ella creía en ese momento, sino más grande aún.
Lo curioso de esta “primera vida” de Eva es que siempre ha sido ocultada. El autor pone en boca de Eva una frase muy significativa que expresa esa ocultación: No nada verdadero se puede contar. Y es que esta vida fue ocultada primero para ser actriz donde pasa a llamarse Eva Durante y luego para ser la Señora de Perón. De hecho, se cuenta como es manipulada su partida de nacimiento para cambiar el lugar y fecha del mismo. Este hecho en realidad no debe de llamar la atención, Eva no sería la primera ni la última en inventar o modificar su propia vida pues ya desde los faraones egipcios los orígenes son manipulables respondiendo a un fin: justificar o dar una justificación de que se debe estar en el poder. En el caso de Eva, los pilares de su vida se sustentan sobre algo creado.
La segunda etapa (116-160) de la vida de Eva es la de Eva Duarte y Eva Durante. La Eva actriz. No fue una etapa fácil. Con una valija de cartón y durmiendo en pensiones de mala muerte, Eva buscaba cada día su destino, su lugar en el mundo. A pesar de lo difícil de esa vida hay algo en lo que se insiste en el libro y es que ella siempre se mantuvo pura. En esa etapa Eva se forjó como una luchadora, nada ni nadie podía contra ella, ni los múltiples rechazos que recibía. Y su perseverancia pronto tuvo frutos. En 1935 adquiere un pequeño papel en La señora de Pérez donde sus intervenciones fueron consideradas “muy correctas”: A partir de ese momento todo fue ya cuesta abajo. Le ofrecieron pequeños papeles en diversas obras, aunque había épocas de sequía, pero lograba sobrevivir. En 1937 tuvo su primer papel en el cine, y su última actuación en éste, La pródiga, nunca llegó a estrenarse. No fue buena actriz, pero si triunfó en la radio. En 1938 se da cuenta que su lugar es la radio y allí pone voz a grandes mujeres de la historia. Poco a poco fue adquiriendo dinero y poder. El dinero le permitió comprarse un apartamento, el poder le permitió crear un Sindicato de Actores e incluso se deja ver el libro que se vengó de varias situaciones vividas. En cualquier caso, antes de conocer a Perón Eva era ya reconocida por sus actuaciones en la radio.
Su tercera vida (160-347) se inicia en el momento que conoce a Perón en el Luna Park y estará marcada por las consecuencias de dicha relación. El encuentro tuvo lugar el 22 de enero de 1944. Lo curioso del hecho, es que la novela deja entrever que fue Eva el que dio el primer paso por conocer a Perón. Ella sabía que era alguien importante del ejército y no dudó en sentarse a su lado a conocerlo. Perón se enamoró de ella y vivieron juntos en el apartamiento de la misma durante varios años. La novela deja entrever que los años que van desde el 1943 al 1945 son los años de apogeo de ambos, pero también años críticos. Hecho importante es la detención de Perón, y la cobardía de Eva ante este hecho. Sin embargo, esta detención provocó el populismo del propio Perón que se presentaba a las elecciones para ser presidente de Argentina. En ese tiempo se forja el peronismo, pero también se forja la figura de Eva a la que se le considera como una persona educada por Perón. Fue él quien la instruyó y la convirtió en la mujer que fue, pero también ella misma supo crearse a sí misma. Eva participó activamente en la campaña electoral de su ya marido. Este hecho molestó a muchos sectores del ejército, pues era la primera vez que una mujer participaba de manera tan activa. Finalmente, el 24 de febrero de 1946 Perón es elegido presidente y Eva entiende cual es su destino: el poder de ayudar. No duda en crear una Fundación la cual adquiere forma gracias a las donaciones y no duda en dar su más completo apoyo a Perón. Su labor como Señora de Perón, su trabajo con los descamisados, hará que el propio pueblo la presente como candidata a la Vicepresidencia Argentina, cuyo “renunciamiento” fue una decepción para el pueblo. Hecho destacable de esta época es su gira europea donde fue tratada como “jefa de estado”. Quedó conmocionada en su visita a España al ver como la dictadura franquista trataba a los trabajadores, también su visita al Vaticano supuso un cambio en su actitud frente a la Iglesia. Del mismo modo cabe destacar su labor en el feminismo, pues gracias a ella se consiguió el derecho a voto para la mujer, derecho que ejerció ya en la cama del hospital.
La última parte del libro es la enfermedad, esa nube negra presente en toda la novela. Se puede observar una cierta relación entre el fin de Eva y el fin de Argentina que ella y Perón habían creado. Parece como si Eva presintiera el futuro desgarrador que iba a venir con la Dictadura de los años 70. Sus meses de enfermedad fue para ella una carrera contrarreloj cuyo fin era conservar la Argentina peronista. También hay un cierto carácter cíclico en ello, pues Eva siente que con la enfermedad vuelve a ser la chica que llegó a Buenos Aires con la valija de cartón y hace referencia a la enfermedad como “la Ibarguren”. Eva cumpliría con sus funciones hasta último momento, sus últimos discursos (17 de octubre) fueron los más emotivos y su última aparición pública fue cumpliendo su papel como Señora de Perón cuando éste juró su cargo el 4 de Junio de 1952, apenas un mes antes de la muerte de Eva.
Lo interesante de esta novela no es que sea una simple biografía de Eva donde se dan datos, sino que también describe su personalidad y le da voz. La hace cercana al lector, como si ella misma y los que la rodean contaran su vida. Por otro lado, el libro genera una serie de cuestiones al lector, como el supuesto comunismo de Eva, su religiosidad y su actitud ante la Iglesia, su antimilitarismo, etc. Sin embargo, lo que más llama la atención es ese “secreto” que el autor menciona en varias ocasiones a lo largo de la obra pero que no termina de decir qué es dejando al lector con una expectación no resuelta. Quizás sea real, quizás ficción del autor. En cualquier caso está ahí. En definitiva, la obra supone un primer acercamiento a uno de los personajes más importante de la Historia Argentina, un personaje divinizado pero también demonizado, y para nada simple, sino un personaje complejo que anima a saber más de ella misma.
Esta mujer tuvo una especial vinculación con Cádiz a mediados del siglo XX tras la explosión del 47. Creo que eso ha hecho que su figura haya sido vista con buenos ojos en la España franquista. O eso creo, al menos.
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