Contat explicaba que la vida de un aprendiz en una imprenta era muy dura, pues éste debía hacer todo tipo de trabajos y apenas recibía del patrón las sobras de comida, lo que ni siquiera querían los gatos. Al parecer dos jóvenes aprendices: Léveillé y Jerome llevaban una vida muy agotadora, debían levantarse muy temprano para abrir la puerta a los oficiales y debían trabajar todo el día sin descanso, por lo que cuando llegaba la noche lo único que deseaban era descansar. Sin embargo, este descanso no era posible debido al aullido de los gatos, animal doméstico preferido por los burgueses franceses. Léveillé, cansado de no poder dormir, decidió montarse en el techo e imitar el aullido del gato -ya que era buen imitador- junto a la habitación del patrón. Después de varias malas noches, el patrón decide encargar a los obreros que se deshagan de los gatos, generando lo que se conoce como "la matanza de gatos en la calle Saint-Séverin" (esta es una versión muy resumida de la historia quien quiera leerla entera que se remita a la obra de Darnton).
Sin embargo, toda esta historia le sirve como excusa al autor para hablar de los gatos y su simbología. De tal manera nos explica que desde épocas muy remotas los gatos sugerían brujería. Los gatos eran el disfraz que utilizaban las brujas para hechizar a sus víctimas y en el Mardi Gras -fiesta similar al carnaval y que tenía lugar antes del Miércoles de Ceniza- se reunían y celebraban aquelarres durante la noche. Para protegerse de la brujería de los gatos bastaba con mutilarles: cortarles la cola o las orejas. De esta manera el animal no podía asistir al aquelarre ni vagar por las calles para hechizar.
Los gatos, además, poseían poderes independientemente de su vinculación con la brujería y la demonología y figuraban como ingredientes comunes en todos los tipos de la medicina popular y también en los brebajes de las brujas, por ejemplo, para recuperarse de una caída grave bastaba con que el enfermo chupara la sangre de la cola de un gato recientemente amputada o para curarse de una neumonía se bebía sangre de la oreja de un gato, etc.
Matar a un gato significaba atraer la mala suerte sobre su dueño o la casa. Si un gato abandonaba una casa o dejaba de brincar al lecho de su ama o de su amo enfermo, la persona probablemente moría. Un gato acostado en la cama de un moribundo podía ser el diablo, que esperaba para llevarse su alma al infierno.
También el gato está muy vinculado con el sexo. El folclor francés le atribuye especial importancia al gato como metáfora sexual. Asmismo, desde el siglo XV se recomendaba acariciar gatos para tener éxito con las mujeres, pues la sabiduría de los proverbios identificaba a las mujeres con los gatos: "El que cuida bien a los gatos, tendrá una bella esposa". También si una mujer quería obtener marido debía evitar pisar la cola de un gato pues eso podía posponer el matrimonio durante un año. Los gatos connotaban la fertilidad y la sexualidad femenina. Comer carne de gato podía producir un embarazo. La muchachas que comían gato en estofado daban luz a gatitos. También el gato puede significar infidelidad.
Se puede concluir, por tanto, que dentro de las mentalidades en general y de Francia en particular, el gato tenía un gran peso simbólico y que, quizás por ello, los aprendices y oficiales de la imprenta la tomaran con los gatos como medio de acabar con todo lo que simbolizaba, pero también para vengarse de sus patrones, burgueses acomodados, ya que identificaban al gato con el patrón y al no poder hacerle nada a éste, se lo hacían a los gatos.
Para quien quiera saber algo más sobre la historia de los gatos recomiendo esta web que he estado ojeando y que parece muy curiosa: http://valdeperrillos.com/book/export/html/2358
Estamos empatados, yo me adelanto con los hombres lobo y tú con los gatos.
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