A partir de los siglos XIV y XV se aumentó y se diversificó el número y tipo de coleccionistas. No sólo los reyes y las ricas congregaciones religiosas se dedicaban al coleccionismo, sino que ellos se sumó la nobleza y miembros de la élite urbana -sobre todo en Italia, recuérdese a los Médicis-. Sin embargo, éstos no sólo coleccionaban reliquias sino también antigüedades, trabajos de artistas contemporáneos a ellos y objetos puramente naturales, objetos valorados porque sí y no por tener elementos preciosos o mágicos poderes, como por ejemplo corales o cáscaras de coco. Y es que ser propietario de objetos raros e inusuales servía para reforzar las jerarquías sociales, políticas y religiosas, eran objetos que simbolizaban el poder y la riqueza del dueño pues eran raros y caros, asimismo el poseerlos suponía el controlar su poder, así como disfrutar de una cierta intelectualidad, no todo el mundo sabía identificar una maravilla natural, y no todo el mundo sabía apreciarla o interpretarla.
No sólo las maravillas naturales era de interés sino también los objetos artificiales, aunque, en ocasiones, el límite entre ambas sea difuso. También es posible que se hallen ambas en una misma pieza. Las maravillas artificiales procedían igualmente de África o de Asia, lugares también fértiles en inventos humanos, de hecho se pensaba que Stonehenge había sido adquirido por un gigante de una cantera en África y posteriormente erigido en Irlanda, pero que el mago Merlín lo había traslado a Inglaterra.
Estas maravillas artificiales se componían, en general, de elementos mágico y exóticos y su elaboración requería de un conocimiento profundo de los poderes naturales. Era un trabajo similar el del joyero. Asimismo estar maravillas artificiales no eran objetos de uso cotidiano, sino que era un objetor relacionados con una élite social y militar bien para el entretenimiento, bien para un intento explícito de civilización.
Por tanto, estas colecciones eran realmente importantes. Los príncipes y reyes las usaban como representación de su poder y riqueza tanto a sus rivales como a sus aliados, asimismo, las usaban para impresionar a visitantes extranjeros ya fueran amigos o potenciales enemigios. Mirabilia equivalía a la liquidez y representaba la riqueza del príncipe.
Imágenes:
- Huevo de Avestruz.
- Catedral del Sevilla
Fuente:
Daston, L; Park, K: Wonders and the Order of Natura, 1150- 1750. Cap. 2.
Curiosos observar como los precedentes del "anticuariado" hunden sus raíces en época medieval. Una idea más que habla de continuismo frente a esa concepción "rupturista" entre las distintas épocas histórica que hoy se encuentra tan transnochada.
ResponderEliminarUn saludo!!