25 de octubre de 2010

Verdaderos y falsos mitos de la Inquisición (I)


A lo largo de los miles de años que el ser humano lleva en este planeta llamado Tierra, ha ido adquiriendo una serie de ideas preconcebidas de determinados personajes y hechos históricos. Por ejemplo, se me viene a la cabeza el descubrimiento de América y el personaje de Cristóbal Colón. Estoy segura que para el 50% de los españoles Cristóbal Colón es casi un héroe nacional e ignoran esos rasgos ocultos de su personalidad como la duda de su nacionalidad o su ambición por el oro. De la misma manera, se ignora toda la crueldad que supuso la colonización del continente americano. Otro ejemplo lo podemos observar en la persona de Elizabeth de Austria-Hungría, la películas en torno a la dulce Sissi nos la mostraba como una dulce niña que se revelaba contra la jugarreta que le había preparado el destino: enamorarse del emperador Francisco José. Cuando la realidad era bien distinta, ni era dulce ni estaba "enamorada". Es posible que sintiera afecto por ese hombre que se había encaprichado por ella, pero de dulce tenía poco sino más bien al contrario, era una mujer fuerte que sabía lo que quería pero que por desgracia no podía tenerlo, ya que el destino y el emperador habían decidido que tuviera una vida diferente.


Con la Inquisición pasa algo parecido. Si por algo ha pasado a la historia la Inquisición es por ser cruel, torturaba y mataba a más no poder, sin importar que el acusado fuera culpable o fuera inocente. La Inquisición española era arbitral, nunca se sabía cuando podías cantar: ¡bingo! Y hoy día, cualquier persona que conozca más o menos la historia diría que lo peor que tuvo España era la Inquisición. De hecho, es curioso, pero hay una película en la que uno de sus protagonistas para consolar a una chica decía algo así como "no llores, no hay nada peor que la Inquisición española". Sin embargo, sin dejar de reconocer la arbitrariedad y la crueldad de la misma, he de decir que sí, que tenemos ideas preconcebidas de la Inquisición. Al menos eso he aprendido yo al leer el libro de Bartolomé Bennassar La inquisición española: poder político y control social.


Esta obra supone un interesante estudio de la Inquisicón como intrsumento del poder político y como medio de control social. Bartolomé Bennasar nos explica la formación de la Inquisicón y su distribución por la Península Ibérica, nos habla de sus componentes desde el inquisidor general a los familiares inquisitoriales, y dedica varios capítulos a los delitos más comunes de la Inquisción: herejía donde se incluría a los moros y los judíos, brujería, pecados "nefandos" (bestialismos y sodomía), blasfemía, etc. Y como último capítulo una interesante visión de como la Inquisición verdaderamente fue un instrumento de la Monarquía Hispánica hasta el siglo XVIII. Sin embargo, con lo que más me quedo del trabajo es con el apartado de "Falsas y verdaderas razones". ¿Por qué fue tan temida la Inquisición española?



--> Las Falsas Razones.

Tortura: Sin duda alguna, la idea que se tiene en la cabeza es que la Inquisición torturaba por que sí y torturaba de manera indiscriminada. De hecho, hasta el siglo XVIII la tortura tuvo un lugar estricto y reconocido en el derecho criminal clásico pues era uno de los medios habituales de búsqueda de la verdad. Sin embargo, queda demostrado que muchos de los inquisidores se mostraban prudentes a la hora de recurrir a las torturas, siendo ésta el último recurso en el caso de que faltaran pruebas. Y aún así aconsejaban aplicarla moderadamente y sin derramamiento de sangre.


Por otro lado, la tortura intolerable que ponía en peligro la vida del acusado o dejarlo inválido para el resto de los días era algo muy excepcional. Y en muchas de las ocasiones, los inquisidores "olvidaban" asistir a las sesiones de tortura por lo que ésta no podía ser aplicada.

Asimismo, el número de hombres y mujeres que sorportaban victoriosamente la tortura era considerable. Y ésta no se aplicaba de manera arbitral sino que era proporcional al delito supuestamente cometido.

Por lo que se puede decir que la tortura inquisitorial no era más que una vicisitud del procedimiento penal clásico. Por lo que era muy limitada tanto es sus modalidades como en sus ámbitos de aplicación.

El rigor atroz de las penas: la Inquisición tenía unas penas fijas: la muerte, la tortura, las galeras, el látigo, la multa honorable y el destierro, a las que había que sumarles penas temporales: reprimendas, abjuraciones por faltas pequeñas o por falta grave, reclusión durante algún tiempo para la instrucción de la fe, etc.

¿Se caracterizó la Inquisición por una proporción muy elevada de veredictos de muerte o de las penas más duras? Sí y no. Sí, antes de 1530, no más allá de esa fecha, es decir, cuando hubo pasado la gran oleada de represión dirigida contra los judaizantes. Posteriormente, pasada la furia asesina de los primeros años, no mataba más que excepcionalmente. Sin embargo, la Inquisición sería terriblemente temida no ya porque mataba, sino porque había matado a lo largo de cuarenta años a millares de personas.

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