Realmente sorprendida vengo de mi fin de semana de "relax" en la Sierra. Y es que me he dado cuenta de que en los pueblos pequeños tienen la gran capacidad y el interés por preservar y rememorar la historia de nuestra tierra. Y en Grazalema lo hacen en la fiesta del bandolero donde se rememora la historia de José María el "Tempranillo". Y es que, actores amateurs, escenifican los momentos más importantes de este famoso bandolero centrándose sobre todo en la época en la que se enamora de una bella gaditana que vivía en Grazalema, María Jerónima, con la que se casó y tuvo un hijo. Una historia de amor trágica que ha quedado presente en la memoria de los habitantes de pueblo gaditano, y que sacan a la luz cada año en Octubre para darla a conocer a los curiosos visitantes que interesados se acercan para disfrutar de la historia.
A las escenificaciones teatrales, le acompañan una continua ambientación histórica. El pueblo retrocede en el tiempo, las muchachas se visten de piconeras, los muchachos de bandoleros y migueletes. Se construyen casetas a modo de ventas donde se puede tapear y beber mosto de Grazalema, un fuego continuo ilumina la plaza. Sin duda alguna, una fiesta que no tiene nada que envidiar a la que se hacen en las ciudades y después de verla no puedo más que inclinarme ante un pueblo que conserva y cuida su historia. Una fiesta que recomiendo a todos los que sienten curiosidad por la Historia, ya que verdaderamente fue -para mí- todo un gozo haberla vivido.
upss... lo metí en otro lado
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Es una alegría ver como la gente se vuelca en conmemorar su Historia, pero a la vez causa pena comprender que en ciudades como Cádiz nunca seremos capaces de algo parecido. Y ahí está esa feria medieval convertida en mercado del XIX para mostrar lo bien que se trabaja en el Bicentenario